(Londres) Un retrato del matemático inglés Alan Turing fue vendido el jueves por un millón de euros (alrededor de 1,5 millones de dólares canadienses), convirtiéndose en la primera obra de arte creada por un robot humanoide vendida en una subasta, anunció Sotheby’s.
Publicado a las 10:45 a. m.
La obra, titulada “ Dios AI ” (Dios de la Inteligencia Artificial o IA), realizado por “Ai-Da”, el primer “artista” robot ultrarrealista del mundo, destrozó las previsiones y alcanzó 1,08 millones de dólares en una venta online de la casa de subastas.
“El precio de venta récord alcanzado hoy por la primera obra de arte de un artista robot humanoide que se subastará marca un hito en la historia del arte moderno y contemporáneo y refleja la creciente intersección entre la tecnología de la inteligencia artificial y el mercado mundial del arte”. dijo la casa de subastas.
“El valor central de mi trabajo es su capacidad de servir como catalizador para el diálogo sobre tecnologías emergentes”, dijo el robot, que habla a través de IA.
Según Ai-Da, el “retrato del pionero Alan Turing invita a los espectadores a reflexionar sobre la naturaleza divina de la IA y la informática mientras consideran las implicaciones éticas y sociales de estos avances”.
El robot ultrarrealista se parece a una mujer con ojos grandes y peluca marrón y es uno de los más avanzados del mundo.
Ai-Da lleva el nombre de Ada Lovelace, considerada una pionera de la informática, y fue diseñada por Aidan Meller, especialista en arte moderno y contemporáneo.
Este robot, que utiliza IA para crear pinturas o esculturas, tiene cámaras en los ojos y manos biónicas. Se mueve y se expresa de forma autónoma, sin intervención humana.
“Los más grandes artistas de la historia han luchado con su época y han celebrado y desafiado los cambios en la sociedad”, dijo Meller.
Alan Turing, matemático y criptólogo durante la Segunda Guerra Mundial, considerado uno de los padres de la informática, llevaba desde los años cincuenta preocupado por los usos futuros de la IA.
Los “tonos oscuros y facetas rotas” del retrato del matemático parecen sugerir “las dificultades de las que Alan Turing nos advirtió cuando se trata de gestionar la IA”, señaló Meller.
Las obras de Ai-Da nos preguntan “adónde nos llevará el poder de la IA, así como la carrera global para aprovechar ese poder”, añadió.