La sesión de firmas de Cultura Labège del sábado 4 de mayo tuvo un sabor particular, el de la aventura capitalina que te hace abandonar la gravedad de la Tierra para verla desde el espacio…
Philippe Perrin se ha inclinado ante la disciplina de la escritura para grabar en piedra estos recuerdos y testimonios de un hombre que vio nuestro planeta en su totalidad, perdido en la profunda negrura del cosmos. Esta experiencia que pocos humanos han vivido ha suscitado, como a otros colegas astronautas, humildad y cuestiones espirituales. Tres veces, a bordo de la ISS, Philippe realizó paseos espaciales para ensamblar los diferentes módulos de la estación. Hoy, la estación espacial internacional se encuentra al final de su ciclo y debería ser objeto de un desmantelamiento adecuado dentro de diez años.
Para Philippe, el destino de un astronauta se hizo evidente desde muy temprano: a la edad de 14 años, mientras caminaba por el campo con sus padres al ritmo de la música de Supertramp, les anunció que quería convertirse en astronauta. Con este libro quiere, sobre todo, compartir una historia de vida que demuestra que el mérito republicano es una clave accesible a todos, siempre que lo deseen.
Para él, Francia debe seguir dando una oportunidad a quienes quieren romper los códigos del determinismo social para ser arquitectos de su propio destino.
El último capítulo del libro se centra en particular en el encuentro cara a cara del hombre con su cuna terrenal. Philippe conoce la fragilidad de nuestro planeta y ha vivido episodios de conflicto como piloto de guerra, en particular durante la Guerra del Golfo. Ver la Tierra de frente en ingravidez golpea el alma y obliga a cuestionar el significado de las cosas, en el equilibrio entre lo esencial y lo accesorio.
