El 19 de enero de 2019 la vida del pequeño Paul cambió, trayendo consigo la de sus padres. Al sufrir una fiebre alta, el niño de dos años sufrió convulsiones y lamentablemente las consecuencias fueron graves, a tal punto que Paul nunca volvería a ser el mismo.
Sufrió un traumatismo cerebral grave y tuvo que ser puesto en coma. Cuando finalmente despierta, no recuerda nada. No puede hablar ni caminar. Incluso sus ojos ya no responden.
“Es difícil para los padres”, dijo Matt Charland, el padre de Paul.
Paul tiene que reaprender todo. Logra superar las pruebas… en parte. Su lesión cerebral está cerca del centro del habla. Cinco años después de este traumático suceso, el niño aún no ha vuelto a hablar. Él tampoco es ya el mismo.
Pero, de las sombras, emerge esta personalidad tranquila y alegre que tanto amaban sus padres.
“Vivimos en una realidad diferente”, explicó el padre.
A pesar del dolor y la tristeza, los padres deciden seguir adelante, aferrarse a la vida y superar los desafíos. Simplemente se niegan a darse por vencidos.
Matt es director. Tiene el reflejo de apuntar su lente a su hijo con una idea muy específica: mostrarle la belleza del mundo y ayudar a otros a beneficiarse de él. El paisaje es fabuloso, las montañas son inmensas, el sol majestuoso. Sin embargo, lo que más deleita al pequeño Paul, lo que le hace sonreír cada vez, lo que más le llama la atención, son Los tabarnaks de la escalera.. Un documental inspirador sobre una historia llena de esperanza.
