La franquicia Splatoon no es nada tímida cuando se trata de campañas para un jugador. Si bien no son el foco de las discusiones en línea, los modos de historia de la serie aún están bien construidos y combinan desafíos que dan un respiro de las batallas con narrativas que profundizan su universo. Una vez más, esto vuelve a suceder con Splatoon 3: Side Order, la segunda parte del paquete de expansión de Splatoon 3, lanzado en febrero. El DLC se atreve a traer algo nuevo a la franquicia: una experiencia roguelike, diseñada para ser jugada varias veces. Gracias a un bucle de juego muy bien desarrollado, el contenido adicional cumple este objetivo y ofrece un modo intrigante y desafiante que se corresponde muy bien con la jugabilidad principal del título. Por otro lado, la naturaleza de su diseño puede hacerlo liviano en términos de narración y longevidad para algunas personas. En un juego caracterizado por sus explosiones de pintura multicolor, lo que destaca en Side Order es lo monocromático, blanco, gris y casi higienizado que es todo. Estas imágenes no sólo se relacionan con la trama del modo, sino que también brindan algunas opciones de configuración muy interesantes. El resultado del último Splatfest de Splatoon 2 (Switch) está directamente relacionado con la trama del DLC. En el momento del evento entre Orden y Caos, el Caos prevaleció y esto es lo que dicta la cultura de Splatsville: una bienvenida mezcla caótica de culturas y referencias.
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