André Villas-Boas habrá vivido la aventura del Marsella durante un año y medio antes de presentar su dimisión. El “emocional” técnico portugués, como él mismo se describe, reveló el lado negativo de su partida mientras reflexionaba para L’Équipe sobre lo que lo hizo girar en el Olympique de Marsella.
yoOlímpico de Marsella conoce a muchos entrenadores desde el inicio de la Proyecto Campeones con la adquisición del club por parte del empresario estadounidense Frank McCourt. André Villas–boas logró Rudi Garcíapero solo permaneció una temporada y media. ¿Causa? Un pacto roto entre los líderes delACERCA DE y el técnico portugués desde su punto de vista.
“Por eso presenté mi renuncia”
Derramar El equipo, André Villas–boas revocó su decisión de dejar OM al final de la ventana de transferencia de invierno de 2021. “Todo el mundo sabe que cuando llegó Pablo (Longoria) decidí quedarme. Porque obviamente amaba el club. Había vinculado mi futuro a “Zubi” (Andoni Zubizarreta, director deportivo), Zubi se fue (en mayo de 2020) y tuve una discusión muy fuerte con Franck (McCourt, el dueño del club). Una de las cosas que habíamos sagrado entre nosotros era que la decisión de contratar a un jugador tenía que ser validada por todas las partes. No me avisaron de la llegada y ya le había dicho que no a este jugador (Olivier Ntcham). Por eso presenté mi renuncia”.
“Cuando la gente cruza la línea, cuando tocamos valores, puedo entrar en pánico”
Relanzado por El equipo sobre su temperamento un tanto volcánico, André Villas–boas negó esta idea preconcebida. “¿Mi personaje? Volcánico, no. Emocional, sí”. Sin embargo, no dejó de reconocer su capacidad para soltar algunas bromas de la nada y perder la paciencia cuando no se respetan sus valores. “El otro día me reí mucho al recordar algunas ruedas de prensa que había dado. Te di algunos buenos momentos, algunos buenos remates (risas). ¿Qué pasa si perdí el control? No, no, en absoluto. Normalmente, siempre tengo el control de mis emociones. Pero cuando la gente cruza la línea, cuando tocamos valores, puedo perder los estribos, como se dice en francés. Sí, es cierto que pasó una o dos veces en Marsella”.