En una entrevista concedida a L’Équipe, Jean-Marc Mickeler, presidente de la Dirección Nacional de Control de Gestión (DNCG), pinta un panorama preocupante de la situación financiera de los clubes franceses. Mientras las pérdidas siguen acumulándose y los ingresos futuros disminuyen, advierte de la necesidad de reformar un modelo económico que considera obsoleto.
La situación financiera de los clubes franceses a 30 de junio de 2024 sigue siendo crítica, con una pérdida neta estimada en 250 millones de euros. Esta cifra, resultante de un déficit operativo de mil millones de euros parcialmente compensado por 830 millones de euros en plusvalías por transferencias de jugadores, refleja una realidad preocupante.
Para la actual temporada, los clubes deberán hacer frente a la reducción de ingresos del fondo CVC, que pasa de 550 millones de euros en 2023-2024 a sólo 136 millones de euros. La caída de los derechos de televisión nacionales empeora la situación: un descenso del 11% en cinco años, parcialmente compensado por el aumento del 30% de los derechos de la UEFA. Sin embargo, Mickeler recuerda que los clubes tendrán que hacer frente al pago de dividendos excepcionales a CVC entre 2024 y 2027, lo que supondrá una presión adicional sobre sus finanzas.
Nóminas y transferencias: opciones arriesgadas
Uno de los principales puntos de fricción sigue siendo la nómina, considerada desproporcionada con respecto a los ingresos. En Francia, la relación plantilla/ingresos alcanza el 67%, muy por encima de la media europea (53%). Según Mickeler, esta situación se debe a suposiciones demasiado optimistas por parte de los clubes, que apostaban por un crecimiento continuo de los derechos de televisión y del mercado de fichajes.
En cuanto a esto último, la sentencia Lassana Diarra –que impone un subsidio de formación incluso para las transferencias dentro de Europa– corre el riesgo de frenar las enormes ganancias de capital logradas en los últimos años. Mikeler prevé un impacto en la capacidad de los clubes para vender a sus mejores jugadores por cantidades elevadas: “Aún no podemos medir todas las consecuencias, pero habrá un movimiento natural para que los mejores jugadores completen sus contratos. No es cuantificable, pero hará más difícil generar cantidades muy grandes de plusvalías”.
¡La DNCG entendió a Textor pero no siguió su razonamiento!
Preguntado sobre el descenso del Olympique Lyonnais (OL) a la Ligue 2, Mickeler refuta las críticas de John Textor, presidente del club. “La DNCG ha comprendido perfectamente su modelo económico, pero exige garantías bancarias o efectivo para cubrir los riesgos de no ejecución del presupuesto” explica. Textor apuesta por la salida a bolsa de Eagle Group y la venta de Crystal Palace para mejorar la situación financiera de OL, pero la DNCG espera resultados concretos antes de levantar esta degradación.
Mikeler insiste: “Si Textor hubiera venido con estas garantías, OL no habría sido degradado”. Destaca que esta decisión no es una sanción, sino una advertencia para garantizar la viabilidad a largo plazo del club.
Jean-Marc Mickeler anuncia el fin de un sistema…
Para Mikeler, la situación actual de los clubes franceses no es aislada. Las dificultades financieras también afectan a ligas como la Premier League, la Serie A y La Liga. Sin embargo, Francia tiene desventajas: derechos internos débiles, una masa salarial excesiva y una capacidad limitada para generar ingresos adicionales.
Ante estos problemas, pide medidas urgentes, en particular la reducción de las nóminas. Cita el ejemplo del Stade Brestois, un club que demuestra que el rendimiento deportivo no depende únicamente de los medios económicos.
Jean-Marc Mickeler concluye sin rodeos: “El modelo económico tal como existía está muerto”. Esta frase resume la necesidad de que los clubes reconsideren sus estrategias financieras en un contexto de desaceleración general de los ingresos del fútbol. Según él, el futuro dependerá de la capacidad de los futbolistas franceses de reconocer estos desafíos y actuar en consecuencia.