Para medir cómo afecta el cambio climático a la salud, “el dengue es una enfermedad muy buena para estudiar porque es muy sensible al clima”, dijo a la AFP Erin Mordecai, ecologista especializada en enfermedades infecciosas de la Universidad de Stanford.
Transmitida por las picaduras de mosquitos tigre infectados, esta enfermedad viral, que puede causar fiebre alta y dolores corporales, es generalmente leve pero a veces grave e incluso mortal.
El dengue ya es endémico en más de 130 países y, con el aumento de las temperaturas, los mosquitos vectores se están extendiendo más allá de las zonas tropicales y subtropicales donde generalmente estaban confinados.
Para este nuevo estudio, presentado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina e Higiene Tropical pero aún no revisado por pares, un equipo de investigadores analizó la incidencia del dengue y las variaciones climáticas en 21 países de Asia y América.
Calculan que alrededor del 19% de los casos actuales de dengue en el mundo “son atribuibles al calentamiento global”, resumió Erin Mordecai, autora principal del estudio presentado durante la 29ª conferencia sobre el dengue en Azerbaiyán.
Las temperaturas entre 20 y 29 grados centígrados son las más propicias para la propagación de la enfermedad y las zonas endémicas en este entorno (partes de Perú, México, Bolivia y Brasil) podrían experimentar un aumento de infecciones del 150 al 200% en las próximas décadas.
A nivel mundial, al menos 257 millones de personas viven actualmente en áreas donde el calentamiento global podría hacer que la incidencia del dengue se duplique en los próximos 25 años.
Bacterias al rescate
Durante los primeros ocho meses de 2024, hubo casi 13 millones de casos de dengue, según la Organización Mundial de la Salud, casi el doble del récord registrado durante todo 2023.
La cifra real probablemente se acerca a los 100 millones, dada la “enorme subregistro” de casos, en particular debido a la falta de pruebas o de síntomas, estimó Erin Mordecai.
El estudio también se presenta poco después del inicio de una nueva epidemia en Guadalupe, región francesa de las Antillas.
Además del cambio climático, la globalización del comercio y los viajes, así como el avance de la urbanización, favorecen la propagación del mosquito tigre.
Un enfoque prometedor para combatir el dengue implica introducir en la naturaleza mosquitos infectados con bacterias que bloquean la capacidad del insecto para transmitir el virus.
Los mosquitos infectados con la bacteria Wolbachia fueron introducidos hace cinco años en la mayor parte de la ciudad brasileña de Niteroi, informa otro estudio presentado en la reunión anual, que no fue revisado por pares.
En 2024, mientras Brasil enfrentaba su mayor epidemia de dengue, esta ciudad cerca de Río de Janeiro experimentó solo un ligero aumento de casos, aunque el número seguía siendo un 90% menor que antes de este experimento y desproporcionado con el resto del país.
Prueba de que la bacteria “Wolbachia puede proporcionar una protección duradera contra los brotes cada vez más frecuentes de dengue a escala mundial”, según Katie Anders, una de las responsables del Programa Mundial de Mosquitos, citada en un comunicado de prensa.
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