Publicado este miércoles, el informe anual del Foro Económico Mundial de Davos destaca las principales amenazas que pesan sobre el planeta a corto y medio plazo: conflictos armados, crisis climáticas, sociales y tecnológicas se entrelazan y configuran una década de alta tensión.
Ucrania, Gaza, Sudán, Somalia, Etiopía… En un mundo donde los conflictos armados aumentan desde hace una década, la guerra es el principal riesgo que pesa sobre la economía, según el informe anual del Foro Económico Mundial publicado este miércoles, en vísperas de la Gran manifestación de responsables políticos en la ciudad suiza de Davos. De 900 expertos encuestados y 11.000 líderes empresariales, una cuarta parte de los encuestados perciben las guerras como la mayor amenaza para el próximo año.
Desde la invasión de Ucrania, los conflictos geopolíticos han adquirido una escala sin precedentes, con repercusiones que se extienden mucho más allá de los campos de batalla. Las tensiones militares han provocado un aumento de los precios de la energía, alterado las cadenas de suministro y debilitado las economías ya debilitadas por la pandemia de Covid-19, señala el informe.
La inestabilidad global está haciendo que los inversores sean más cautelosos y los estados están aumentando sus presupuestos de defensa en detrimento de otros sectores clave como la salud o la educación. Para los hogares, las consecuencias se sienten directamente en el surtidor, en los supermercados o en la factura de la electricidad. Un clima de incertidumbre que afecta también a los países en desarrollo, donde la inseguridad alimentaria y energética está empeorando. Los recursos necesarios para luchar contra las crisis climáticas o la pobreza se desvían para abordar las crisis, lo que acentúa las desigualdades.
Amenazas interconectadas
El “desinformación” y la desinformación, identificadas por segundo año consecutivo como riesgos importantes, continúan “socavar la cohesión social al erosionar la confianza y exacerbar las divisiones”. Otros peligros, como los fenómenos meteorológicos extremos, el ciberespionaje y la polarización de las sociedades, complementan este sombrío panorama a corto plazo.
Las perspectivas a largo plazo pintan un panorama aún más preocupante. Los riesgos ambientales dominarán las preocupaciones durante la próxima década, con fenómenos climáticos extremos, colapso de la biodiversidad y escasez de recursos naturales encabezando las clasificaciones. La contaminación, un riesgo tanto inmediato como a largo plazo, refleja una creciente conciencia de sus impactos en la salud y los ecosistemas.
Los desafíos tecnológicos, como los abusos relacionados con la inteligencia artificial, se suman a esta ya larga lista de amenazas interconectadas. Como explica Mirek Dušek, director general del Foro Económico Mundial: “En un mundo marcado por divisiones cada vez más profundas y riesgos en cascada, los líderes mundiales tienen una opción: fomentar la colaboración y la resiliencia, o enfrentar una inestabilidad cada vez más profunda. Lo que está en juego nunca ha sido tan grande”.
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Mientras el 64% de los expertos predice un orden mundial fragmentado, marcado por una mayor competencia entre potencias, se lanza el llamamiento a una cooperación internacional reforzada. Como señala Mark Elsner, director de la Iniciativa de Riesgos Globales del Foro, “Ya sea conflicto o cambio climático, enfrentamos crisis interconectadas que exigen una acción colectiva coordinada”.