Las verduras de hojas verdes como las espinacas, la col rizada, la rúcula o el brócoli son excelentes fuentes de vitaminas A, C y K, así como de minerales como el hierro y el calcio. Estos nutrientes son esenciales para mantener un sistema inmunológico fuerte. La vitamina A, en particular, es conocida por su papel en el mantenimiento de la integridad de las membranas mucosas, una primera línea de defensa contra las infecciones.
Ajo
El ajo es conocido por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. La alicina, un compuesto de azufre contenido en este alimento, ayuda a estimular las células del sistema inmunológico y combate las infecciones. Incorporar ajo a tus platos puede ser una forma natural y eficaz de fortalecer tu sistema inmunológico.
alimentos fermentados
El yogur y todos los alimentos fermentados como el kéfir son ricos en probióticos. Esenciales para mantener una flora intestinal equilibrada, estas bacterias buenas ayudan a mantener una buena defensa inmunológica. Ahora sabemos que la microbiota intestinal es el órgano que contiene más células inmunes. Por eso alimentarlo bien es sinónimo de cuidar nuestras defensas. El consumo regular de probióticos juega un papel importante en esto.
Jengibre
Un estudio publicado en el Journal of Medicinal Food demostró que el jengibre puede desempeñar un papel en la activación de las células inmunitarias y la reducción de las reacciones inflamatorias.
el pez
El pescado azul es rico en omega-3, ácidos grasos que desempeñan un papel esencial en el mantenimiento del funcionamiento del sistema inmunológico. Reducen la inflamación y promueven la producción de citoquinas, moléculas involucradas en la respuesta inmune.
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Fuente: Destino Santé
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