(ETX Daily Up) – La comida navideña suele ser sinónimo de excesos de todo tipo, incluidos azúcares, sal, grasas e incluso alcohol. Si bien no se trata de privarse en este momento de compartir, con platos que a veces sólo se comen en esta época del año, es posible sustituir ciertos alimentos e ingredientes por otros para que esta comida sea más saludable, y al día siguiente… menos difícil.
Intoxicaciones alimentarias, indigestiones, resacas o incluso ataques de hígado: las comidas festivas suelen ser muy esperadas y apreciadas, pero las consecuencias también pueden ser muy difíciles. ¿En cuestión? Los numerosos excesos que provoca este tipo de banquetes que generalmente se prolongan durante mucho tiempo con una profusión de alimentos y alcoholes tan diversos como variados. Y la multiplicación de estas comidas gigantescas, el 24 y 25 de diciembre, luego el 31 de diciembre y el 1 de enero, en el mejor de los casos, generalmente sólo empeora las cosas si no se toman reflejos antes, durante y después de estos momentos de compartir.
El agua, la base
Obviamente no se trata de imponer agua a todos los invitados durante la tradicional comida navideña, aunque esto sigue siendo imprescindible. Pero es importante hidratarse para evitar ciertas molestias al despertar y, al contrario de lo que podría pensar, no sólo para luchar contra la resaca. El agua no sólo ayuda a favorecer la digestión, punto importante para este tipo de eventos, sino que también favorece la absorción de nutrientes, reduce el riesgo de deshidratación y controla el apetito. Solemos olvidarlo, pero el agua ayuda a controlar el hambre, y por tanto a comer menos a la hora de comer, sin olvidar que puede sustituir a un vaso de alcohol de vez en cuando a lo largo de la comida.
Lo mejor es consumir abundante cantidad antes de la comida, posiblemente alternar alcohol y agua durante la misma, y volver a beber abundante cantidad después. Tenga en cuenta también que si el champán y otros vinos espumosos festivos son esenciales para la Navidad, los cócteles y los vinos sin alcohol son cada vez más populares, lo que nuevamente le permitirá evitar muchas preocupaciones. Tenga en cuenta que también es aconsejable, incluso si eso significa elegir entre alcohol y… alcohol, preferir el vino y las burbujas, sean las que sean, a los cócteles alcohólicos, que suelen ser más dulces.
Verduras crudas como aperitivo
Para algunos, es impensable consumir verduras, en cualquier forma, durante esta velada festiva. Sin embargo, también hacen que una comida sea mucho más saludable y ligera. ¿Por qué no ofrecerlos a la hora del aperitivo, un momento en el que el estómago se calienta y los comensales suelen picar frenéticamente? Como anfitrión, es perfectamente posible optar por una cantidad limitada de platos para el aperitivo para evitar excesos, pero las verduras permiten no privarse, e incluso sentirse lleno, sin tener que arrepentirse.
En este caso, es mejor optar por verduras crudas: zanahorias, pepinos, rábanos, apio, tomates cherry, coliflor, entre otros, para acompañar con salsas lo más ligeras posibles, como hummus, guacamole, tzatziki, tapenade o – mejor: requesón aderezado con hierbas y limón. Como alternativa a los snacks salados, ¿por qué no ofrecer frutos secos, mucho más sanos y ligeros, antes de empezar el festín navideño? Una buena alternativa ya que además están llenas de beneficios para la salud.
Elegir es renunciar
Es difícil privarse de los diferentes platos navideños, sobre todo cuando todos los invitados los están disfrutando, pero a veces hay que saber elegir, sobre todo cuando sabes que tienes el estómago –o el hígado– frágil. En cualquier caso –si es posible– evita demasiados alimentos ricos en grasas saturadas. Por tanto, puede ser conveniente elegir entre foie gras y salmón ahumado, prefiriendo este último. El salmón ahumado también es fuente de grasas saturadas, pero en menor contenido que el foie gras, y hay que añadir que el salmón es rico en ácidos grasos omega-3, especialmente buenos para la salud del corazón.
Para una comida equilibrada, también es mejor optar por proteínas magras, como el pavo o el pollo (sin piel), que además son menos ricas en grasas, que carnes como el pato. Todo ello acompañado, siempre que sea posible, de verduras a la plancha o al vapor. Si tienes que preparar la comida, también puede ser buena idea sustituir los azúcares refinados por azúcares sin refinar -lógicamente- o alternativas naturales como la miel, por ejemplo. En todos los casos, es importante hacer pequeños descansos entre cada plato, y masticar bien, para sentir la saciedad más rápidamente.