Según Public Health France, en Francia se producen 40.000 muertes al año y casi ocho meses de esperanza de vida perdidas debido a la exposición a partículas finas. Pero respirar aire contaminado no “sólo” afecta nuestro corazón o nuestros pulmones, sino que también afecta nuestra mente. El vínculo entre la calidad del aire y la salud mental, que a menudo se ignora, es un problema importante.
La exposición a altos niveles de contaminación del aire aumenta significativamente las hospitalizaciones por trastornos mentales, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de St Andrews en Escocia. Este estudio –que constituye uno de los análisis más completos sobre el tema– refuerza la idea de una necesidad urgente de políticas ambientales estrictas, como explica The Guardian.
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En total se recogieron datos de 202.237 personas mayores de 17 años. Entre 2002 y 2017 se realizó un seguimiento de su estado de salud y de los ingresos hospitalarios por enfermedades cardiovasculares, respiratorias, infecciosas, mentales o trastornos del comportamiento. Al comparar datos de salud pública con niveles de contaminación en áreas residenciales, los investigadores estudiaron los impactos de cuatro contaminantes principales: dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2), y partículas finas (PM10 y PM2,5).
Los resultados muestran que las personas expuestas a altos niveles de NO2 y las partículas finas presentan un mayor riesgo de ingreso hospitalario. Estas hospitalizaciones se refieren no sólo a enfermedades físicas (trastornos cardiovasculares o respiratorios), sino también a trastornos mentales como la esquizofrenia, los trastornos bipolares y los trastornos de la personalidad.
Respirar aire más limpio es una cuestión urgente
Este estudio es ampliamente reconocido por los expertos. Según Ioannis Bakolis, profesor de salud mental pública y estadística del King’s College de Londres (que no participó en el estudio), estos datos “a gran escala” ha sido “analizados adecuadamente y proporcionar más pruebas del vínculo entre la contaminación del aire y la salud mental”.
Investigaciones anteriores ya han establecido que crecer en zonas contaminadas aumenta el riesgo de desarrollar trastornos mentales en la edad adulta. Un estudio realizado por investigadores estadounidenses y daneses también sugirió una relación entre la contaminación y los trastornos psiquiátricos. En Francia, se estima que la esquizofrenia afecta a entre el 0,2% y el 1% de la población general, y los trastornos bipolares a entre el 1% y el 2,5%. Sin embargo, estas cifras bien podrían aumentar debido a la exposición continua a la contaminación del aire.
Ante estos hallazgos, los investigadores piden políticas públicas más ambiciosas para reducir la contaminación del aire. Según Mary Abed Al Ahad, directora del estudio, “Las políticas e intervenciones dirigidas a las emisiones de contaminantes atmosféricos, como zonas de cero emisiones o incentivos para la energía renovable en los sectores del transporte y la generación de energía, podrían ayudar a aliviar la carga de la atención hospitalaria a largo plazo, tanto a nivel local como global”. No podría ser más claro: respirar aire más puro es una emergencia tanto desde el punto de vista de la salud pública como del medio ambiente.