Sus conclusiones son claras: el consumo de bebidas azucaradas es peor para la salud que cualquier otra forma de azúcar. Aumenta significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular.
Líquido versus sólido
El azúcar líquido parece particularmente problemático “porque es menos saciante que el azúcar sólido, lo que puede llevar a un consumo excesivo”, explica Suzanne Janzi, autora principal del estudio. Además, esta diferencia entre “azúcar sólido” y “azúcar líquido” podría explicarse por el contexto de consumo: “los dulces suelen disfrutarse en ocasiones especiales, mientras que las bebidas dulces suelen formar parte de la vida cotidiana”.
¿Dulces menos dañinos?
Lo más sorprendente es que los investigadores observaron que las personas que ocasionalmente comen algunos dulces (tartas, dulces, bollería) tienen un riesgo cardiovascular menor que aquellas que nunca los consumen. Pero esto es sólo una observación y, sobre este punto, los autores subrayan, no obstante, que no consumir nunca azúcar también puede ser un signo de problemas de salud que requieren una dieta muy restrictiva.
“Nuestros resultados se basan en una población sueca, cuyos hábitos alimentarios y estilos de vida pueden diferir de los de otras poblaciones”, explica Suzanne Janzi. “Especialmente con la tradición sueca de Fika (pausas regulares para tomar café y repostería). Las conclusiones no son necesariamente transferibles a otras poblaciones. » Por lo tanto, es necesario realizar más trabajo. Recordemos, sin embargo, que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en Europa. Este descubrimiento podría abrir nuevas perspectivas para la prevención: en lugar de una restricción drástica del azúcar, un consumo moderado y meditado parece más favorable para la salud cardiovascular.
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Fuente: Destino Santé
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