Reservado para suscriptores
K KStock – stock.adobe.com
Aunque se sabe desde hace tiempo que los agonistas del GLP-1 como Wegovy reducen el apetito y, por tanto, conducen a la pérdida de peso, los investigadores han logrado demostrar por primera vez su modo de acción en el cerebro.
En las últimas décadas, la obesidad y la diabetes tipo 2 han aumentado significativamente en todo el mundo. Con esta epidemia ha surgido una nueva clase de tratamientos que están en auge: los agonistas de la hormona GLP-1 (péptido similar al glucagón-1), producida naturalmente por el intestino en respuesta a la ingestión de alimentos. Cuando el nivel de azúcar en sangre comienza a aumentar después de una comida, estos medicamentos imitan la hormona GLP-1, estimulando la secreción de insulina, la hormona reguladora del azúcar en sangre que se produce insuficientemente en las personas que padecen diabetes. Sin embargo, los agonistas del GLP-1 también tienen el efecto de reducir la sensación de hambre y, por tanto, la ingesta calórica. Como muchos diabéticos tipo 2 tienen sobrepeso o son obesos, se han observado efectos espectaculares en la pérdida de peso. Entre estos tratamientos se encuentran la liraglutida (Saxenda y Victoza) y la semaglutida inyectable (Wegovy y Ozempic) o…
Este artículo está reservado para suscriptores. Te queda un 81% por descubrir.
Venta flash
1€ al mes durante 3 meses. Sin compromiso.
¿Ya suscrito? Acceso
El equipo editorial te aconseja
Creemos haber entendido de dónde viene la eficacia de los tratamientos contra la obesidad
SUSCRIBIR
Cerca
Suscribir