Zumo de arándano o…insecticida: un restaurante bajo investigación tras enviar a dos niñas al hospital

Zumo de arándano o…insecticida: un restaurante bajo investigación tras enviar a dos niñas al hospital
Zumo de arándano o…insecticida: un restaurante bajo investigación tras enviar a dos niñas al hospital
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Según los informes, un restaurante australiano está bajo investigación de salud pública después de supuestamente servir repelente de mosquitos a dos niñas que pidieron jugo de arándano el viernes.

“Mis hijas empezaron a beberlo [à grandes gorgées] y ambos escupieron el jugo de arándano y dijeron “está envenenado”. Le dije que no fuera ridículo, tomé un sorbo y luego lo escupí”, dijo Michele Lemin a ABC News el sábado.

Para finalizar la semana, la familia de Perth, Australia, decidió salir a cenar a un restaurante cuando las dos hijas Olivia y Hannah, de 11 y 12 años, pidieron jugo de arándanos para acompañar su comida.

Fue entonces cuando supuestamente les sirvieron dos vasos de un líquido de apariencia muy similar al jugo de arándano, pero cuyo sabor nada tenía que ver, según informaron medios australianos.

Excepto que cuando la madre de las dos niñas pidió ver la botella, el personal le dijo que era “sólo jugo de arándano viejo”, antes de sacar la botella del refrigerador para colocarla debajo del mostrador, dijeron la mujer y su pareja. Marco Lemin.

Luego, ambos padres supuestamente insistieron en ver la botella. Luego se dieron cuenta de que sus dos hijas habían ingerido insecticida contra mosquitos, vendido en un recipiente de plástico similar al jugo de arándano.

Siguiendo el consejo del centro toxicológico, la familia se apresuró al Hospital Infantil de Perth y al Hospital Sir Charles Gairdner, donde, según los informes, el trío permaneció en observación durante varias horas.

“A mis hijas les ardía el vientre, les hormigueaban los dedos y las manos. Les dolía la cabeza… Era horrible”, continuó la madre a ABC News.

Después de ponerse en contacto con el consejo local, la familia habría presentado una denuncia ante el Departamento de Salud de Australia para que se investigara el incidente.

Contactado por ABC News, el restaurante, cuyo nombre no fue identificado, supuestamente dijo que quería arrojar luz sobre la situación.

“No se puede administrar un restaurante y permitir que haya productos químicos en un área donde pueden ocurrir este tipo de errores. Como mínimo, se deben tomar ciertas medidas para garantizar que se respeten fundamentalmente las normas de seguridad”, concluyó el padre de las jóvenes a los medios australianos.

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