Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud hace sonar la alarma sobre un problema de salud pública creciente: la deficiencia de yodo en la región europea. Una situación que se debe en parte a la creciente popularidad de las alternativas de origen vegetal a las principales fuentes de yodo, como la leche y los productos lácteos.
El yodo es un oligoelemento implicado en la síntesis de hormonas tiroideas, pero también en el crecimiento del cerebro fetal. La leche y los productos lácteos son fuentes importantes de yodo en muchos países de Europa occidental y central, especialmente para los niños.
Sin embargo, un informe de la OMS destaca una disminución en el consumo de productos lácteos entre adolescentes y adultos. Suficiente para preocupar a la organización. Como señala el Dr. Hans Henri P. Kluge, Director Regional de la OMS para Europa: “Es preocupante el cambio hacia alternativas lácteas de origen vegetal, particularmente entre las mujeres, que ya tienen un mayor riesgo de sufrir deficiencia de yodo y enfermedades de la tiroides que los hombres”.
No dependas de la sal
La sal, otra fuente de yodo, también parece verse afectada por nuestros cambios en la dieta y el estilo de vida. “Los productos procesados, como el pan, los embutidos o los platos preparados, son hoy las principales fuentes de sal en la dieta occidental, representando entre el 70 y el 80% del total. “, nota la OMS. “Sin embargo, estudios de mercado recientes han revelado que la sal utilizada para preparar estos productos es predominantemente no yodada.
La OMS también pide que los diferentes países de la región europea impongan “el uso de sal yodada de calidad en alimentos procesados. También es necesario garantizar que la leche y las alternativas lácteas estén adecuadamente enriquecidas con yodo..”
Recuerde que una deficiencia de yodo se asocia con un aumento del volumen tiroideo con aparición de bocio. Además, una deficiencia durante el embarazo expone al feto al riesgo de sufrir daño cerebral.
