¿Privarte del sueño durante once días? Un estudiante lo intentó y no fue buena idea.

¿Privarte del sueño durante once días? Un estudiante lo intentó y no fue buena idea.
¿Privarte del sueño durante once días? Un estudiante lo intentó y no fue buena idea.
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En 1963, Randy Gardner y Bruce McAllister, dos estudiantes de Stanford (Estados Unidos), llevaron a cabo un experimento histórico durante sus vacaciones de Navidad. Su objetivo era descubrir cuánto tiempo podía pasar un ser humano sin dormir. Randy Gardner, asignado al azar para ser el conejillo de indias, terminó permaneciendo despierto durante 11 días y 25 minutos. Nuestros compañeros de El País volvieron recientemente a este registro.

Actividades físicas y pruebas cognitivas.

“Es como si alguien hubiera pasado papel de lija por mi cerebro. Mi cuerpo se arrastra y mi mente está destrozada”. Randy Gardner describió esto después del tercer día. En aquel momento, los dos jóvenes de 17 años no tenían formación en neurociencia.

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Para este experimento, los dos adolescentes contaron con la colaboración de William Dement, investigador de la Universidad de Stanford y pionero en el estudio clínico del sueño, y de John J. Ross, médico naval estadounidense.

Algunos efectos positivos

Para mantenerse despierto, Randy Gardner practicaba actividades físicas, incluido el baloncesto. En un primer momento se notaron algunos efectos positivos, como una mejora en su juego, posiblemente atribuible a estas horas de entrenamiento diario.

También se realizaron pruebas para evaluar sus sentidos y capacidades cognitivas. Randy Gardner, inicialmente optimista, pronto se desilusionó. “Ya no hubo altibajos, sólo altibajos”él describió.

Un estado en caída libre

Con el paso de los días, su estado se fue deteriorando progresivamente. Se observaron cambios en el olfato, la memoria y el habla. El joven también sufrió cambios de humor y pérdida de capacidad de concentración, hasta el punto de que finalmente no pudo completar las pruebas cognitivas. “El último día se le describe casi aletargado, inexpresivo y monótono en su discurso”indicó Pablo Barrecheguren, doctor en biomedicina, especialista en neurobiología y autor de un trabajo sobre el sueño y los sueños publicado en mayo de 2024.

Finalmente, Randy Gardner se quedó dormido después de 11 días y 25 minutos. Durmió 14 horas seguidas. Su patrón de sueño volvió a la normalidad en los días siguientes y el adolescente no tuvo secuelas.

En cuanto a los resultados, su validez científica es baja, sobre todo porque se sugiere que el joven experimentó microsueños y bebió Coca-Cola, que contiene cafeína. Sin embargo, según nuestros colegas, algunas personas que padecen un insomnio familiar fatal o el síndrome de Morvan podrían vivir situaciones similares a las suyas.

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