Sabemos que es posible combatir el fuego con fuego (este es el principio del contrafuego utilizado para combatir los incendios forestales), pero la idea de combatir el fuego con madera no sólo es contraria a la intuición, sino que desafía completamente la comprensión. Sin embargo, si los resultados del trabajo de laboratorio de Maxime Parot se confirman a mayor escala, algún día podríamos ver a los hidroaviones arrojar un gel a base de moléculas extraídas de la madera al borde de los incendios forestales para detener su progresión.
Este estudiante postdoctoral, miembro del equipo del profesor Alexis Achim del Departamento de Madera y Ciencias Forestales, presentó los resultados de su trabajo destinado a evaluar la eficacia de un gel a base de moléculas extraídas de la madera para combatir los incendios forestales durante la Conferencia de Facultad de la Facultad de Ciencias Forestales, Geografía y Geomática, que se llevó a cabo los días 21 y 22 de noviembre en el campus.
Este gel está compuesto principalmente por agua y celulosa, un polímero que representa alrededor del 50% de la masa de la madera y que, en su estado natural, es un combustible, recuerda Maxime Parot. “Más precisamente, utilizamos filamentos de celulosa cuya longitud puede alcanzar unos pocos milímetros, pero cuyo diámetro apenas alcanza unos pocos nanómetros. La red tridimensional formada por estos filamentos captura moléculas de agua, lo que retrasa la combustión del gel. Además, añadimos un fertilizante agrícola, el fosfato diamónico, que ralentiza la reacción en cadena que se produce cuando se produce la combustión”.
Para evaluar la eficacia de este gel, el becario postdoctoral expuso pequeñas muestras (10 cm X 10 cm X 1 cm) de abeto negro a una fuente de calor de 35 kW/m2. “Sin gel, la madera se incendia a los 40 segundos. Cuando se aplica el gel a la madera, se necesitan 6 minutos más antes de que la madera se encienda. Además, el calor desprendido por la ignición de la madera es un 44% menor que en las pruebas realizadas sin heladas. Añadiendo lignina, otra molécula presente en la madera, a nuestro gel, reducimos el calor producido en un 75%.
Para que un incendio forestal se inicie y se propague, se deben cumplir cuatro condiciones, continúa Maxime Parot. “Se necesita combustible, oxígeno, calor y una reacción en cadena. El gel que hemos desarrollado evita que el fuego llegue al combustible (la madera), bloquea el paso del oxígeno, reduce la producción de calor y ralentiza la reacción en cadena gracias al fosfato diamónico. Por tanto actúa sobre los cuatro elementos esenciales en los incendios forestales”.
— Maxime Parot, sobre el gel de celulosa
Aún queda mucho trabajo para llevar esta idea del laboratorio al campo, reconoce el becario postdoctoral. “Primero necesito hacer pruebas en muestras más grandes de madera utilizando temperaturas más altas, para replicar lo que sucede en el campo cuando hay un incendio forestal”.
También queda por hacer el análisis económico. “Es cierto que cuesta más que el agua”, admite, “pero debemos considerar los ahorros que se lograrían si se protegieran mejor las infraestructuras humanas y los bosques”. Ahorros que podrían aumentar rápidamente considerando el aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales esperados debido al cambio climático.