Este estudio poblacional, basado en 316.722 embarazos, se llevó a cabo en el norte de California entre enero de 2011 y diciembre de 2019. En este estado americano, debido a su legalización en 2016, el cannabis es ampliamente consumido, incluso por mujeres embarazadas. El consumo prenatal de cannabis se definió como cualquier consumo informado al comienzo del embarazo o un resultado positivo en una prueba de toxicología realizada entre las semanas 8 y 10 de gestación. Se realizaron análisis de orina que revelaron un consumo no admitido. El consumo declarado fue diario, semanal o mensual.
El consumo prenatal de cannabis promueve complicaciones maternas durante el embarazo
El consumo de cannabis durante el embarazo se asoció con un mayor riesgo de hipertensión gestacional (o “embarazo”) de casi un 20%, preeclampsia de casi un 10% (una complicación del embarazo que combina hipertensión y daño orgánico, a veces grave para la madre y el feto), así como así como desprendimiento de placenta de casi el 20%. Pero el consumo de cannabis también se asoció con un riesgo reducido de diabetes gestacional.
“La reducción del riesgo de diabetes gestacional podría deberse a una atenuación de la respuesta inflamatoria, de las señales de estrés y de la producción de radicales libres”, sugiere el profesor Jean Costentin, director de la unidad de neuropsicofarmacología del CNRS de Rouen. presidente del CNPERT (Centro Nacional de Prevención, Estudios e Investigaciones sobre Toxicomanías).
Se necesitan más investigaciones para determinar si las características específicas del uso prenatal (dosis, modo de consumo, momento) influyen en estas asociaciones. Pero ya se ha destacado una correlación entre la importancia del consumo de cannabis y el riesgo de hipertensión relacionada con el embarazo.
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Fuente: Destino Santé
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