Además, las autoridades sanitarias se basan en el estudio europeo ERSPC (2012) y el estudio americano PLCO (2012), que, según el Instituto Nacional del Cáncer (Inca), no permiten concluir sobre los beneficios del ensayo PSA ni su impacto en la salud. mortalidad. A medida que el cáncer de próstata avanza lentamente, las pruebas de detección podrían detectar un cáncer que ha evolucionado a lo largo de muchos años (de 10 a 15 años en promedio) o que ni siquiera ha sido revelado y para el cual no ha sido necesaria ninguna atención. “En este caso, el cribado supone el inicio de un tratamiento cuyos efectos secundarios afectan a la vida cotidiana: incontinencia urinaria, impotencia sexual o trastornos intestinales… para un cáncer del que no se habría hablado”, desarrolla el Seguro de Salud.
En la práctica, la detección temprana en muchos hombres
Sin embargo, en la práctica, casi tres cuartas partes de los hombres de entre 50 y 69 años se han realizado al menos una prueba de PSA en los últimos tres años. ¿Cómo explicarlo? “El análisis de la práctica de los médicos generales muestra que se debaten entre las recomendaciones contradictorias de las instituciones sanitarias y de varias sociedades científicas”, afirma el Inca.
Entre ellos, la Asociación Francesa de Urología (AFU). Este recomienda un diagnóstico precoz para hombres de entre 50 y 75 años con una probabilidad de supervivencia prolongada de 10 a 15 años. “Es decir, una evaluación individual de los hombres a partir de los 50 años mediante un examen clínico (tacto rectal) y una dosis de PSA”, explica el Dr. Guillaume Ploussard, cirujano urólogo y jefe del comité de cáncer de próstata de la AFU. El enfoque también debe evaluar los factores de riesgo y los pacientes deben beneficiarse de información informada sobre los procedimientos, cuestiones y riesgos relacionados con el cribado.
Además, el uso de la resonancia magnética (MRI) ha revolucionado el diagnóstico de este cáncer. “Con un PSA entre 3 y 4, y dependiendo del examen clínico, podemos realizar una resonancia magnética. Se trata de una prueba mucho menos invasiva que una biopsia y evita numerosas biopsias que no son necesarias, continúa el urólogo. Este paso de la resonancia magnética no estaba presente cuando se realizaron los dos grandes estudios que guiaron las decisiones de las autoridades sanitarias. La detección del cáncer de próstata ha evolucionado mucho y el enfoque diagnóstico es completamente diferente hoy en día”.
En determinados casos es posible realizar un seguimiento en lugar de un tratamiento
Otro elemento es el hecho de que la detección del cáncer de próstata no implica un tratamiento sistemático (prostatectomía, radioterapia o braquiterapia que son tratamientos pesados). “Según las recomendaciones, los cánceres detectados en el grado 1, de bajo riesgo, son objeto de seguimiento y ya no existe ninguna indicación de tratamiento de primera línea”, señala nuestro interlocutor. En cambio, la vigilancia activa es el tratamiento estándar de oro. Implica un seguimiento periódico con varias herramientas: tacto rectal, medición de PSA, resonancia magnética y posiblemente biopsias según los datos de exámenes anteriores. Por lo tanto, la enfermedad requerirá un tratamiento severo para el paciente sólo si su evolución lo justifica.
Guillaume Ploussard cree que debería reconsiderarse la posibilidad de implementar un cribado organizado. El objetivo es llegar a poblaciones alejadas de la atención, pero también “racionalizar el cribado y mejorar el control de los exámenes realizados en este contexto”. Hay un verdadero interrogante sobre este tema a nivel nacional, que debe ser abordado en el marco de un nuevo estudio”, sostiene el especialista.
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