¿Salida de emergencia o callejón sin salida? Un informe sobre los desafíos de los permisos de trabajo abiertos

¿Salida de emergencia o callejón sin salida? Un informe sobre los desafíos de los permisos de trabajo abiertos
¿Salida de emergencia o callejón sin salida? Un informe sobre los desafíos de los permisos de trabajo abiertos
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El permiso cerrado, que vincula a un migrante temporal a un empleador específico, ha recibido varias críticas, particularmente en términos de violaciones de derechos. Desde 2019, las personas que hayan sufrido abusos o violencia en el contexto de su empleo pueden solicitar un permiso abierto para buscar un nuevo empleador. Sin embargo, este programa no resuelve el problema, según la profesora Danièle Bélanger, de la Facultad de Montes, Geografía y Geomática. Ella destaca los problemas que rodean este permiso en un informe, escrito en colaboración con organizaciones comunitarias.

“Este programa abierto crea nuevas formas de vulnerabilidad para las personas que intentan aprovecharlo. Lo que escuchamos de los trabajadores es desilusión, consternación, un sentimiento de traición”, informa el profesor Bélanger, titular de la Cátedra de Investigación de Canadá sobre dinámica migratoria global.

El equipo de investigación recopiló las experiencias de 47 inmigrantes que solicitaron un permiso abierto. “Da un rostro, una voz a las personas que intentan aprovechar el programa”, subraya el investigador. Además de los obstáculos, el informe presenta las recomendaciones de los trabajadores cumplidas.

Un camino poco conocido

Entre las cuestiones planteadas, el informe destaca la ausencia de información sobre el programa de permisos abiertos. Las personas entrevistadas informaron que sólo conocieron el programa después de solicitar apoyo a una organización comunitaria. “Estamos hablando de un descubrimiento fortuito o del azar. No existen mecanismos para informar sistemáticamente a las personas que ingresan a Canadá con un permiso de trabajo cerrado”, indica el profesor Bélanger.

Los trabajadores participantes creen que es imperativo informar a los inmigrantes, mediante sesiones informativas, por ejemplo.

Un proceso difícil

El informe recuerda que casi el 50% de las solicitudes de permiso abiertas son rechazadas. Según el profesor Bélanger, esta cifra podría explicarse, entre otras cosas, por la carga de la prueba de la violencia o el abuso que recae sobre el migrante. “Tiene que proporcionar cosas como grabaciones, mensajes de texto, fotografías, pero es muy difícil para las personas en estas situaciones reunir estas pruebas y esta recopilación puede exponerla a más abusos. Esto necesariamente reduce la cantidad de archivos que están completos o que se consideran lo suficientemente completos”.

La accesibilidad del proceso de solicitud también es una barrera para los inmigrantes. “Es muy difícil para un migrante presentar su solicitud por su cuenta, especialmente si no habla inglés o francés. Las organizaciones comunitarias que ayudan con la presentación de expedientes estiman entre 20 y 30 horas para la preparación de un buen expediente por parte de un trabajador jurídico que conoce bien el programa”, agrega el investigador.

Los trabajadores participantes recomiendan en particular que el programa reconozca la dificultad de reunir pruebas y tenerlas en cuenta en la evaluación de los expedientes, lo que no ocurre actualmente.

« Las organizaciones comunitarias que ayudan con la presentación de expedientes estiman entre 20 y 30 horas para la preparación de un buen expediente por parte de un trabajador legal que conoce bien el programa. »

— Danièle Bélanger, profesora del Departamento de Geografía

Una falta de apoyo

Un elemento que marcó al profesor Bélanger fue el abandono por parte de las instituciones. “Sí, el gobierno ofrece una salida a situaciones de abuso, pero no hay servicios para la gente”. Recuerda que muchas de estas personas han vivido acontecimientos, traumas psicológicos o lesiones físicas, y no hay apoyo.

“Cuando dejan a su empleador, a menudo implican dejar su alojamiento si se lo proporcionan ellos. Caen en una zona de abandono estatal. Sólo las organizaciones comunitarias intentan llenar estos vacíos, ayudando a encontrar vivienda o un nuevo trabajo, por ejemplo”.

Los inmigrantes participantes exigen que las organizaciones que desempeñan un papel beneficioso reciban financiación destinada a mejorar sus servicios. También recomiendan la colaboración entre los funcionarios de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá y las organizaciones comunitarias.

Un estatus precario

El profesor Bélanger también plantea la cuestión del estatus y los derechos asociados a él. El problema surge en particular de la multigobernanza. “El gobierno federal concede este permiso, pero puede conllevar la pérdida de derechos provinciales como el RAMQ”, explica.

Garantizar los derechos sociales y el acceso a servicios esenciales también forma parte de las recomendaciones de los trabajadores. También piden fortalecer la responsabilidad de los gobiernos en la protección de los derechos, con visitas o inspecciones sorpresa, por ejemplo.

Su recomendación final es atacar el origen del problema: el permiso de trabajo cerrado. Dijeron que incluso si se mejorara el programa de licencias abiertas, no resolvería el problema de raíz de la explotación laboral.

Con este informe, Danièle Bélanger y su equipo desean sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas que plantean los permisos de trabajo cerrados. “Esto es tanto más importante cuanto que vivimos en un período de politización de la inmigración en Quebec y Canadá, lo que genera mucha desinformación”, explica. Además, transmitiremos estos resultados a los ministerios federales interesados ​​y esperamos que este informe pueda contribuir a la evaluación de sus programas”.

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