En Marruecos, la industria de alimentos para mascotas, anteriormente dominada por multinacionales, está experimentando un cambio notable con la aparición de marcas nacionales, que pretenden ser competitivas.
Este cambio está impulsado en gran medida por grupos nacionales como COPAG y Alf Sahel, pilares de la agroindustria marroquí. Estas empresas, hasta ahora especializadas en sectores tradicionales, como la producción láctea o la alimentación animal para la cría, han dado un giro estratégico invirtiendo en este nuevo mercado.
El desarrollo de este nicho demuestra no sólo un potencial económico evidente, sino también un cambio profundo en la sociedad marroquí, donde las mascotas ocupan ahora un lugar central en los hogares.
Una transformación social en el fondo
Tradicionalmente, en Marruecos los animales eran considerados principalmente herramientas de trabajo. Los perros eran guardianes, los gatos cazadores de plagas y su papel a menudo se limitaba a tareas utilitarias, especialmente en las zonas rurales. Pero los tiempos han cambiado. La rápida urbanización, el ascenso de la clase media y la mayor exposición a los estilos de vida occidentales han transformado las mentalidades. Hoy en día, las mascotas ya no son sólo ayudantes, sino miembros de pleno derecho de las familias marroquíes.
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Las cifras lo demuestran: la demanda de productos y servicios destinados a mascotas sigue aumentando. Este fenómeno es especialmente visible en las grandes ciudades como Casablanca, Rabat o Marrakech, donde se multiplican las tiendas de animales y las clínicas veterinarias.
Hamza Tlemçani, fundador de la start-up AnimalKom, nos explica que “El mercado de alimentos para mascotas sigue creciendo. Cada semana vemos nuevas tiendas de mascotas y clínicas veterinarias abriendo sus puertas, lo que demuestra la vitalidad del sector. » Esta dinámica atrae naturalmente la atención de los inversores y augura un gran potencial económico.
Inversiones estratégicas y un sector prometedor
En este contexto, COPAG y Alf Sahel vieron una oportunidad estratégica. COPAG, conocida por sus productos lácteos y sus cooperativas, ha invertido más de 200 millones de dírhams en una fábrica de producción de croquetas para animales. Esta unidad de vanguardia cuenta con colaboraciones con veterinarios internacionales para garantizar formulaciones equilibradas y adaptadas a las necesidades específicas de perros y gatos. Alf Sahel, por su parte, utiliza su experiencia en nutrición animal para producir alimentos de alta calidad.
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Para Hamza Tlemçani, estas iniciativas son cruciales para establecer una alternativa local a las marcas internacionales. “Las multinacionales acabarán interesándose más por este mercado en Marruecos. Para los actores locales, es crucial posicionarse ahora y construir una reputación sólida antes de que se intensifique la competencia”, afirma.
Demanda creciente, pero un mercado por estructurar
A pesar del innegable potencial, el mercado marroquí de alimentos para mascotas sigue enfrentando obstáculos estructurales. La ausencia de regulaciones claras permite que ciertos operadores no registrados practiquen una competencia desleal eludiendo impuestos y cargas sociales. Esta situación perjudica a las empresas que respetan las normas y frena el desarrollo general del sector.
Sin embargo, las perspectivas son prometedoras. Los expertos creen que el mercado marroquí podría llegar a alcanzar los estándares internacionales, donde la industria de alimentos para mascotas representa miles de millones de dólares. Con el surgimiento de una clase media preocupada por el bienestar de sus animales, no faltan oportunidades. Para que este potencial se materialice plenamente, es esencial una estructuración rigurosa y una mejor regulación.
Innovación y servicios diversificados a la vanguardia
La producción de alimentos para animales constituye sólo una parte de la creciente oferta. Empresas como AnimalKom han entendido que la diversificación de servicios es necesaria para fidelizar a los clientes que buscan soluciones completas para sus animales. La peluquería, los hoteles para mascotas, los accesorios, pero también los champús y perfumes locales enriquecen ahora el mercado marroquí.
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Además, AnimalKom pretende democratizar el acceso al sector franquiciando su concepto. Hamza Tlemçani dice: “Muchos jóvenes sueñan con ingresar a este campo, pero los altos costos iniciales y la falta de apoyo los frenan. Con un enfoque estructurado, podemos crear una red nacional sólida. » Este modelo no sólo podría estimular el empleo, sino también reforzar la presencia marroquí en un mercado dominado por actores extranjeros.
Ajustes necesarios
A pesar del dinamismo evidente, el sector exige reformas para apoyar su desarrollo. Los servicios administrativos y los incentivos financieros podrían alentar a los jóvenes empresarios a emprender, mientras que unas normas claras garantizarían una competencia leal. Además, el apoyo gubernamental a la capacitación y la innovación tecnológica jugaría un papel clave en el aumento de la competitividad de las empresas locales.
El surgimiento de la industria de alimentos para mascotas en Marruecos refleja una profunda transformación económica y cultural. Este sector, aún en sus inicios, ofrece perspectivas de diversificación y crecimiento tanto para grandes grupos como para pequeñas empresas.