(Boca Chica) Ante la mirada de Donald Trump, SpaceX lanzó el martes su megacohete Nave estelar pero tuvo que renunciar a intentar sujetar su primer piso con brazos mecánicos, fracasando en esta compleja maniobra que, sin embargo, había logrado el mes pasado.
Publicado a las 17:07
Actualizado a las 6:52 p.m.
Chandan KHANNA, con Lucie AUBOURG en Washington
Agencia France-Presse
El despegue del sexto vuelo de prueba del cohete gigante tuvo lugar a las 4 p.m. hora local (5 p.m. hora del este) desde la base Starbase de la compañía en Boca Chica, Texas.
El presidente electo llegó con su icónica gorra roja y Elon Musk dijo sentirse “honrado” por su presencia. Los dos multimillonarios mostraron así su nueva cercanía y su interés por la conquista del espacio.
SpaceX pretende utilizar Nave estelarel cohete más grande y potente del mundo, para colonizar Marte. El desarrollo de la nave espacial también es seguido de cerca por la NASA, que cuenta con ella para llevar a sus astronautas de regreso a la Luna.
Los objetivos de este nuevo vuelo de prueba eran en gran medida similares a los del anterior mes pasado.
El cohete consta de la primera etapa. Súper pesado (70 metros de altura) y, arriba, el barco Nave estelar (50 m), que por extensión da nombre a todo el lanzador.
Después de impulsar el barco, Súper pesado se desprende de él y comienza su descenso. En octubre, en lugar de terminar su viaje en el mar, realizó una maniobra sin precedentes.
Había regresado a su plataforma de lanzamiento desacelerando con la ayuda de retrocohetes, y justo antes de tocar el suelo, unos brazos mecánicos instalados en la torre de lanzamiento – apodados “varitas” – se acercaron a él y lo inmovilizaron.
Pero esta vez, SpaceX anunció poco después del despegue que no se cumplían los criterios para intentar la operación y Súper pesado aterrizó en el Golfo de México donde se desintegró.
Por su parte, el barco Nave estelar Continuó su vuelo, con el objetivo de aterrizar en el Océano Índico. Esta vez debe realizarse durante el día para favorecer las observaciones visuales. También están previstas pruebas del escudo térmico.
“Elon, esto es increíble”
En última instancia, el cohete debe ser totalmente reutilizable y es por eso que SpaceX busca ponerse al día en su primera etapa.
Esta estrategia pretende poder lanzar más máquinas con mayor rapidez y por mucho menos dinero que si fuera necesario utilizar equipos nuevos cada vez.
Durante la última prueba, el cohete ganó un nuevo admirador en la persona de Donald Trump. En su discurso de victoria la noche de las elecciones presidenciales, describió cómo vio cómo atrapaban el cohete y se sintió como si estuviera “en una película”.
“Llamé a Elón. Le dije: Elon, ¿eras tú? Me dijo que si. Yo dije: […] ¿Podrá Rusia hacerlo? No. ¿Puede China hacerlo? No. ¿Puede Estados Unidos hacerlo además de usted? No”, exclamó el presidente electo.
“Dije, por eso te amo, Elon, eso es genial. »
El jefe de SpaceX gastó decenas de millones de dólares para apoyar la campaña del republicano y, a cambio, consiguió un puesto de asesor, ignorando posibles conflictos de intereses, ya que SpaceX tiene numerosos contratos en curso con el gobierno estadounidense.
¿Marzo en dos años?
El desarrollo de Nave estelar La compañía está llevando a cabo intensamente este proyecto, lanzando prototipos sin carga, para corregir rápidamente los problemas encontrados en una situación de vuelo real.
SpaceX, sin embargo, reveló el martes que llevaba a bordo por primera vez una carga a bordo: un plátano.
Varias de las primeras pruebas de Nave estelar Terminó con explosiones, lo que provocó quejas de asociaciones ecologistas. De hecho, la base espacial de Texas se encuentra cerca de áreas protegidas.
En un vídeo publicado a finales de octubre por Elon Musk en el que aparece jugando a un videojuego, un hombre que informa en el contexto de la quinta prueba cuenta cómo SpaceX estuvo “a un segundo” de ordenar que el cohete se estrellara junto a la torre de lanzamiento.
“La primera Nave estelar a Marte despegará en dos años”, afirmó recientemente Elon Musk, conocido por sus predicciones muy optimistas. “Si estos aterrizajes van bien, los primeros vuelos tripulados a Marte se realizarán en cuatro años. »
Un objetivo compartido por Donald Trump, que quiere que estas misiones se realicen antes de que finalice su mandato.