Formas de protegerse de las enfermedades invernales

Formas de protegerse de las enfermedades invernales
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Salud en invierno

Formas de protegerse de las enfermedades invernales

Una dieta equilibrada, actividad física y un sueño reparador ayudan a protegernos de los males de la estación fría.

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En resumen:
  • El invierno facilita la transmisión de enfermedades respiratorias comunes, según la doctora Noémie Boillat Blanco.
  • Los virus respiratorios se propagan más en lugares cerrados y mal ventilados.
  • Se recomienda la vacunación para prevenir enfermedades invernales relacionadas con virus.

Llega el invierno y una vez más tenemos mocos, dolores de cabeza, dolores de garganta, tos y fatiga. El descenso de las temperaturas va acompañado de la reaparición o empeoramiento de multitud de trastornos y patologías, entre ellas ataques de asma, enfermedades cardiovasculares e incluso trastornos de la circulación sanguínea en los dedos (fenómeno de Raynaud).

Sin embargo, lo que pende sobre nuestras narices son sobre todo las enfermedades respiratorias, “las infecciones más frecuentes en nuestras latitudes”, precisa el Dre Noémie Boillat Blanco, médica adjunta del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Centro Hospitalario Universitario de Vaud (CHUV). Se estima que durante los meses fríos afectan alrededor del 30% de la población. Causadas principalmente por virus y más raramente por bacterias, adoptan múltiples formas, “y cubren todo un espectro que va desde las más benignas –el resfriado común– hasta las más graves –la neumonía–, incluyendo la gripe, la angina, la nasofaringitis, la Covid-19 o la bronquiolitis en bebés”, señala el especialista. El adulto medio se resfría dos o tres veces al año y el niño aún más.

Mayor transmisión de virus.

¿Cómo explicarlo? El frío favorece el resurgimiento de estas enfermedades porque debilita el sistema inmunológico. También provoca la contracción de los vasos sanguíneos, especialmente los del sistema respiratorio. Pero, sobre todo, “el invierno favorece la promiscuidad y las reuniones de gente en lugares cerrados y mal ventilados”, recuerda el D.re Boillat Blanco. Nada como esto para facilitar la propagación de virus respiratorios. “Tuvimos la prueba de ello durante la crisis del Covid-19: gracias a las medidas de protección, durante dos años no hubo ninguna epidemia de gripe estacional”, recuerda el especialista en enfermedades infecciosas.

La mejor prevención contra las enfermedades invernales sigue siendo la vacunación, cuando esté disponible. Ahora podemos protegernos contra la gripe, el Covid-19, pero también recientemente contra el virus respiratorio sincitial (VRS), “responsable de la bronquiolitis en los recién nacidos y de la neumonía en los ancianos”, subraya el D.re Boillat Blanco.

Sin embargo, también es posible prepararse para la llegada de las enfermedades invernales cuidando un estilo de vida saludable. Empezando por su dieta.

No comas más grasa

“Los humanos deben mantener su temperatura corporal. Cuando hace más frío, tiene que gastar más energía para ello”, comenta el P.r Pedro Marques-Vidal, especialista en investigación clínica del Departamento de Medicina Interna del CHUV. Por lo tanto, tendemos a comer más y más gordos en invierno que en verano, porque los alimentos en cuestión son los que más calorías aportan. Sin embargo, “esto no es necesario”, subraya el profesor, “excepto para las personas que trabajan al aire libre o tienen que afrontar un frío extremo. Pueden comer un poco más, sin enfatizar las grasas”.

El especialista también recomienda consumir variedad de frutas y verduras. Pero no tiene sentido recurrir a complementos alimenticios: “Hemos demostrado que no existe asociación entre el consumo de complementos vitamínicos y el estado inmunológico. Quienes lo toman no tienen más anticuerpos contra bacterias y virus que otros.

Lo mejor, concluye, es comer “casi como en verano”, sin olvidar beber habitualmente. “Las habitaciones con calefacción suelen estar secas, por lo que tendemos a deshidratarnos”.

Muévete y duerme bien.

Durante todo el año es fundamental practicar actividad física para mantener una buena salud. Pero el frío no favorece el ejercicio. “No anima a la gente a salir de casa para caminar o ir a un gimnasio”, admite el especialista en medicina interna. Sin embargo, subraya la Dre Boillat Blanco, “no por salir a caminar cogeremos un virus”.

El sueño también juega un papel importante. Un cuerpo cansado se debilita y se defiende peor contra las enfermedades. la pr Por ello, Marques-Vidal aconseja mantener un horario de sueño regular.

Además, tendríamos mucho que ganar redescubriendo los buenos reflejos adquiridos durante la aparición del Covid-19: llevar mascarilla en lugares concurridos, adoptar los famosos “gestos de barrera”, lavarnos las manos regularmente, pero también ventilar regularmente su alojamiento. Aviso a los afortunados: ¡otra estrategia también puede ser pasar el invierno en un país cálido!

Defensas inmunes debilitadas

“No somos portadores de los virus responsables de las infecciones respiratorias, los contagiamos del exterior”, recuerda el Dre Noémie Boillat Blanco, médica adjunta del Departamento de Enfermedades Infecciosas del CHUV. Entonces le corresponde a nuestro sistema inmunológico luchar contra los intrusos. Al entrar por la nariz, se enfrentan primero a las mucosas y a los cilios nasales “que constituyen nuestra primera línea de defensa”, continúa el especialista. Sin embargo, a medida que el aire caliente seca las mucosas y el frío las irrita, esta barrera se debilita.

La nariz tiene otra arma: las vesículas extracelulares presentes en las células de sus mucosas. Estas pequeñas partículas, que emitimos cuando estamos expuestos a virus respiratorios, reconocen los microbios, los inhiben y evitan que se multipliquen en nuestro organismo. Según un estudio estadounidense publicado en diciembre de 2023 en “The Journal of Allergy and Clinical Immunology”, cuando bajan las temperaturas, la mucosa nasal secreta menos de estas vesículas; por tanto, el efecto antiviral se reduce. Para la Dre Boillat Blanco, “este es el primer estudio científico que demuestra que el frío afecta a nuestro sistema inmunológico y a nuestras defensas frente a las infecciones respiratorias”.

El frío es malo para el corazón.

Nuestros corazones y arterias también sufren en invierno. De hecho, las bajas temperaturas provocan “una sobrecarga de trabajo para el corazón”, subraya el P.r Pedro Marques-Vidal, especialista en investigación clínica del Departamento de Medicina Interna del CHUV. Además, la exposición prolongada al frío provoca que los vasos sanguíneos se contraigan y aumenta ligeramente la presión arterial, como demuestra un estudio realizado por el especialista del CHUV y sus compañeros. También descubrieron que las bajas temperaturas acentúan otros factores de riesgo cardiovascular. “En diciembre, en el hemisferio norte, observamos un pico de colesterol relacionado con la tendencia de las personas a comer un poco más de grasas”, especifica el P.r Marqués Vidal. Por tanto, no es de extrañar que en invierno aumente la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

EN COLABORACIÓN CON PLANETE SANTÉ

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