El sueño es un determinante esencial de la salud. Su calidad y duración influyen en el bienestar a largo plazo. Ilustración de este estudio publicado en la revista de la Academia Estadounidense de Neurología.
En este trabajo, dirigido por la Dra. Clémence Cavaillès de la Universidad de California en San Francisco, los investigadores siguieron a 589 participantes que tenían alrededor de 40 años al inicio del estudio y durante 15 años.
Los participantes respondieron regularmente preguntas como “¿Tiene problemas para conciliar el sueño regularmente?” “, “¿Te despiertas varias veces por noche? »… Al final del periodo de seguimiento, cada uno de los participantes realizó un escaneo cerebral mediante escáner.
Luego, los investigadores descubrieron que las personas que sufrían problemas de sueño a principios de los cuarenta mostraban signos de envejecimiento cerebral acelerado a finales de los cincuenta.
Dormir mal a los 40, problemas cognitivos a los 60
“Nuestros resultados sugieren que dormir mal se asocia con casi tres años de envejecimiento cerebral adicional”, explica el Dr. Cavaillès.
Para llegar a esta observación, los investigadores evaluaron seis características de la falta de sueño:
- corta duración del sueño;
- mala calidad del sueño;
- dificultad para conciliar el sueño;
- dificultad para permanecer dormido;
- despertares temprano en la mañana;
- somnolencia diurna.
Como resultado, aquellos que sufrieron sistemáticamente estas malas condiciones de sueño durante cinco años mostraron un mayor envejecimiento cerebral.
« Nuestros resultados resaltan la importancia de tratar los problemas del sueño a una edad más temprana para preservar la salud cognitiva. », analizan los autores.
Los cuales recomiendan mantener un horario regular de sueño, hacer ejercicio, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse y no dudar en utilizar técnicas de relajación para mejorar el sueño.
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