La depresión afecta la mente y el cuerpo. Difícil salir…
Un trastorno del estado de ánimo considerado una enfermedad real, la depresión va más allá de la “tristeza” temporal. Puede durar semanas, meses o incluso años si no se trata. Se manifiesta como tristeza persistente, fatiga intensa, dificultad para sentir placer, alteraciones del sueño y/o cambios en el apetito. Si no se trata, la depresión puede llegar al punto de provocar pensamientos de muerte. Entre sus causas, factores biológicos, acontecimientos vitales difíciles, estrés intenso… y quizás también medicamentos como demuestra un nuevo estudio sueco.
El estudio se llevó a cabo de 2018 a 2023 e incluyó a 806 pacientes que sufrieron un ataque cardíaco. La mitad recibió la medicación, la otra mitad no. Los síntomas de ansiedad y depresión se evaluaron en 3 momentos específicos:
- justo después de la hospitalización por un ataque cardíaco
- entre 6 y 10 semanas después del infarto
- entre 12 y 14 meses después del infarto
Para medir los síntomas depresivos, los investigadores utilizaron una escala de calificación llamada HADS (Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria), que otorga una calificación para la ansiedad y otra para la depresión. Pudieron ver la evolución de los síntomas y medir el efecto del tratamiento teniendo en cuenta variables como la edad, el sexo y el historial médico. “Descubrimos que los medicamentos provocaron síntomas depresivos ligeramente mayores en pacientes que sufrieron un ataque cardíaco” dijo el Dr. Philip Leissner, estudiante de doctorado en psicología cardíaca y autor principal del estudio publicado en el European Heart Journal. Los medicamentos en cuestión eran betabloqueantes.
Se utilizan principalmente en cardiología porque ralentizan las contracciones del corazón. Es el tratamiento básico para pacientes que han sufrido un infarto. Previenen la insuficiencia cardíaca, la arritmia y la hipertensión. Por ello, se prescriben especialmente a partir de los 50 años. Los más conocidos son: Corgard©, Trandate©, Artex©, Timacor© y Visken©.
“Descubrimos que algunos pacientes parecen tener un mayor riesgo de sufrir depresión. Si el medicamento no tiene ningún efecto sobre el corazón, entonces lo están tomando innecesariamente y corren el riesgo de deprimirse”. advirtió el doctor Leissner. Dada la controversia que rodea el inicio y la interrupción de los betabloqueantes después de un infarto de miocardio, los investigadores creen que el riesgo potencial de síntomas depresivos “ligeramente aumentado” debe tenerse en cuenta.
Health