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Los tratamientos para el cáncer de próstata –el más común en hombres– pueden provocar problemas sexuales y urinarios. Ante estos efectos adversos, los pacientes se sienten afectados en su identidad masculina.
Stéphane tenía 50 años cuando le diagnosticaron cáncer de próstata a principios de 2024. La mañana del anuncio, estaba demacrado, como si su mente estuviera “A 20 metros de [s]nosotros cuerpo”. “¿Todavía quieres tener hijos?” le pregunta su urólogo. Ya padre de dos hijas y un hijo, responde negativamente. Entonces el médico le recomendó encarecidamente que se sometiera a una prostatectomía. Una extirpación de próstata que su padre, fallecido por un cáncer generalizado, había rechazado. Él acepta. “En ese momento no podía asimilar las consecuencias de la operación en mi vida diaria, sólo quería vivir, él recuerda. Hoy me he resignado a ser sólo la mitad de un hombre”.
El cáncer de próstata afecta cada año a cerca de 60.000 personas en Francia, como Stéphane. Lo que lo convierte en el principal cáncer masculino y la tercera causa de muerte por cáncer en los hombres. Sin embargo, como nos recuerda cada noviembre el movimiento Movember, dedicado a concienciar sobre las enfermedades masculinas, si se detecta a tiempo, tiene una tasa de supervivencia altísima: el 93% de los hombres siguen vivos cinco años después de la detección del cáncer de próstata. según datos del Instituto Nacional del Cáncer. “Hoy en día, la mayoría de los cánceres de próstata se tratan bien, n
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