VIENA _ Ya sea para prevenir la aparición de una enfermedad inflamatoria crónica, en concreto la enfermedad de Crohn, o en caso de remisión para evitar recaídas, los alimentos ultraprocesados deben evitarse según uno de los primeros estudios sobre el impacto de este tipo de dieta en la actividad de la enfermedad , presentado durante el Congreso Europeo de Gastroenterología (Semana UEG) [1].
Actualmente está bien demostrado que los alimentos ultraprocesados (productos fabricados industrialmente, que pueden contener aditivos, proteínas liofilizadas y almidones modificados, etc. y, a menudo, ricos en azúcares añadidos, sal y grasas saturadas) favorecen la aparición de enfermedades inflamatorias crónicas, en particular Enfermedad de Crohn (EC). Por otra parte, los datos sobre el impacto de este tipo de dieta sobre la actividad de la enfermedad siguen siendo limitados. Un estudio prospectivo de un solo centro examinó la asociación entre el riesgo de recaída de la EC y el consumo de alimentos ultraprocesados. De hecho, existe una asociación positiva.
El estudio, aunque monocéntrico, destaca una correlación entre la persistencia de los brotes inflamatorios y el consumo continuado de alimentos ultraprocesados.
Profesor Xavier Roblin
Un factor de riesgo bien establecido en el desarrollo de enfermedades inflamatorias.
Los alimentos ultraprocesados constituyen un factor de riesgo bien establecido en el desarrollo de enfermedades inflamatorias, principalmente la enfermedad de Crohn. Esto se comenta más en la colitis ulcerosa (CU). Todos los datos disponibles, incluidos los metanálisis realizados en todo el mundo, lo confirman. Ya sea que examinemos entornos americanos, zonas rurales o incluso países como Inglaterra, etc. la observación es la misma: cuanto más prolongada e intensa sea la exposición a una dieta ultraprocesada, mayor será el riesgo de desarrollar una enfermedad inflamatoria.
Según los resultados de la cohorte. ÉPICO (Investigación prospectiva europea sobre el cáncer y la nutrición, 413.590 participantes seguidos durante más de diez años) en 2023, el consumo mínimo o de alimentos no procesados (frutas y verduras) parece reducir el riesgo de EC, pero no el de CU [2]. Otro análisis de tres grandes cohortes también relacionó las dietas ricas en alimentos ultraprocesados con un mayor riesgo de EC, sin ningún efecto notable, nuevamente, sobre la CU. [3]. Además, un estudio realizado en 21 países fuera de Europa y Estados Unidos (cohorte PURO) confirmó que el consumo de alimentos ultraprocesados aumentaba el riesgo de EII [4] una observación reforzada por un metaanálisis publicado a finales de 2023 [5].
Los datos coinciden: la dieta podría influir en el desarrollo de la enfermedad de Crohn, pero aún no está claro hasta qué punto influye el nivel de procesamiento de los alimentos. Sin embargo, la pregunta que sigue sin respuesta se refiere al impacto de volver a una dieta más saludable una vez que la enfermedad inflamatoria se haya afianzado. Los resultados preliminares habían demostrado anteriormente que los pacientes con EII que lograron adoptar una dieta más cercana a la mediterránea, por ejemplo, tenían niveles más bajos de proteína C reactiva (PCR) que aquellos que continuaron “comiendo mal”.
Quienes adoptan una mejor alimentación mientras siguen su tratamiento parecen estabilizar mejor su condición
Profesor Xavier Roblin
Un riesgo relativo de recaída estimado en 3,86
En este nuevo estudio se incluyeron 111 pacientes (edad media de 37,9 ± 14,0 años), todos en remisión (índice de Harvey Bradshaw, HBI 4). Dos cuestionarios permitieron recoger el tipo de alimentos consumidos y cuantificar la proporción de alimentos ultraprocesados en la dieta (cuestionario de frecuencia alimentaria-FFQ y cuestionario validado específico para alimentos procesados-PFQ).
Durante 1 año de seguimiento, el 21,6% de los pacientes experimentó una recaída. Los autores concluyeron que el alto consumo de alimentos ultraprocesados se asociaba con un mayor riesgo de recaída clínica. Calcularon un riesgo relativo de 3,86 (IC 95%: 1,30-11,47).
La recaída clínica se correlacionó con niveles elevados de calprotectina fecal (CF) en la visita de recaída en comparación con el valor inicial (193,0 μg/g [114,0-807,0] frente a 79,0 μg/g [17,0-274,5]respectivamente, P = 0,002, n = 16 en análisis pareado).
Un análisis más detallado por subgrupos de alimentos ultraprocesados reveló una asociación particularmente fuerte con el riesgo de recaída para los panes, pasteles y alimentos con almidón ultraprocesados, así como para los aceites ultraprocesados (HR = 3,27, IC del 95%: 1,26-8,45; HR = 2,76; IC 95%: 1,02-7,45, respectivamente).
“El alto consumo de alimentos ultraprocesados parece estar asociado con un mayor riesgo de recaída en pacientes con EC en remisión”, concluyó el investigador principal que presentó el estudio. Dr. Chen Sarbagili Shabat (Centro Médico de Tel-Aviv, Unidad de EII, Departamento de Gastroenterología y Enfermedades Hepáticas, Tel Aviv, Israel). Este primer estudio, así como futuras investigaciones prospectivas, podrían contribuir al desarrollo de recomendaciones nutricionales dirigidas a reducir el consumo de alimentos ultraprocesados en estos pacientes. »
Aunque este estudio es unicéntrico e incluyó a poco más de un centenar de pacientes, los resultados no sorprenden respecto a la posible asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el riesgo de recaída en pacientes con enfermedad de Crohn en remisión. Para establecer un vínculo causal sólido, será necesaria más investigación.
“El estudio, aunque monocéntrico, destaca una correlación entre la persistencia de los brotes inflamatorios y el consumo continuado de alimentos ultraprocesados”, comenta el Profesor Xavier Roblinhepatogastroenterólogo del Hospital Universitario Saint Etienne. Por el contrario, quienes adoptan una mejor dieta mientras siguen su tratamiento parecen estabilizar mejor su condición. »
Reducir la cuota de productos ultraprocesados, una lección a incluir en la PTE del paciente
Sin embargo, estos resultados ya plantean la cuestión del interés de la educación terapéutica centrada en la dietética en pacientes que padecen enfermedades inflamatorias crónicas, que no está generalizada en los centros.
“El mensaje a recordar es doble”, explica Xavier Roblin: los alimentos ultraprocesados no sólo favorecen la aparición de enfermedades inflamatorias, sino que también contribuyen a mantener el fenómeno inflamatorio. Por tanto, resulta importante integrar este aspecto en los programas de educación terapéutica. En Francia, el 50% de la población consume habitualmente alimentos ultraprocesados, cifra cercana al 75% observado en Estados Unidos. De ahí la importancia de un apoyo dietético adecuado, que, por el momento, no se aplica de forma sistemática. »
Algunos médicos cuestionaron los méritos de imponer tal esfuerzo a sus pacientes. Estos estudios preliminares sugieren un impacto positivo real. La alimentación se convierte así en una palanca adicional para mejorar la atención general de los pacientes.
Enlaces de interés de expertos: Dr. Chen Sarbagili Shabat: ninguno
Profesor Xavier Roblin: Ninguno
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