¡Aquí tienes nuestros mejores consejos, probados y aprobados, para optimizar tus compras!
1. Optar por marcas propias que ofrezcan productos similares a las marcas nacionales, a un costo menor;
2. Compare el precio de los alimentos por 100 g o 100 ml;
3. Consultar folletos y aplicaciones (por ejemplo: FoodHero) para encontrar alimentos con descuento e incluirlos en su menú semanal;
4. Elija alimentos mínimamente procesados o no procesados. Cuanto menos procesados son los alimentos, menos costosos son ya que su precio no incluye la mano de obra;
5. Para los alimentos que consumes en grandes cantidades, no perecederos o congelables, elige formatos grandes en lugar de formatos individuales;
6. Compre alimentos no perecederos al por mayor. Por ejemplo, las nueces suelen ser menos costosas a granel que en versiones empaquetadas;
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7. No dudes en comprar frutas y verduras congeladas. Son económicos, conservan buenos valores nutricionales y permiten disponer de productos fuera de temporada;
8. Adoptar proteínas vegetales, más económicas que las proteínas animales;
9. Opta por el pescado enlatado. Esta es una buena alternativa al pescado fresco, que a veces puede resultar muy caro;
10. Obtenga una tarjeta de membresía. Muchas tiendas de comestibles ofrecen tarjetas de membresía que le permiten acumular puntos y obtener descuentos;
11. No dudes en comprar productos cuya fecha de caducidad se acerque si sabes que puedes consumirlos rápidamente o congelarlos. Su precio reducido permite ahorrar siempre que no se desechen;
12. Prefiere productos que no estén rallados, cortados ni pelados. El precio de estos últimos suele ser más excesivo;
13. Haz una lista para comprar sólo lo que necesitas y no productos que realmente no necesitas;
14. Opte por frutas y verduras más feas, que suelen tener un 30 % de descuento. Puedes consumirlos el mismo día o en los días siguientes;
15. Elabora tu presupuesto y tu menú semanal en base a descuentos para comprar sólo lo que necesitas.