Mantenerse activo reduce la depresión en un 23% y la ansiedad en un 26%
Investigadores de la Universidad Anglia Ruskin en el Reino Unido (Cambridge, Chelmsford) realizaron una revisión general de estudios de todo el mundo para examinar el potencial de la actividad física como intervención de salud mental. El análisis, publicado en la revista Neuroscience and Biobehavioral Reviews, encontró que la actividad física reducía el riesgo de depresión en un 23% y la ansiedad en un 26%.
Curiosamente, la actividad física de intensidad baja y media mostró efectos protectores ligeramente más significativos contra la depresión (-21%), en comparación con la actividad más intensa (-19%). Esto incluía actividades como jardinería, golf y caminatas. El análisis también reveló asociaciones significativas entre niveles más intensos de actividad física y la prevención de trastornos de ansiedad (-29% de riesgo).
El autor principal Lee Smith, profesor de salud pública, comenta: “Estos efectos de la intensidad de la actividad física sobre la depresión resaltan la necesidad de directrices claras sobre el ejercicio. El ejercicio moderado puede mejorar la salud mental a través de reacciones bioquímicas, mientras que el ejercicio de alta intensidad puede empeorar las respuestas relacionadas con el estrés en algunas personas. »
Los resultados fueron consistentes tanto en hombres como en mujeres, y en diferentes grupos de edad y en todo el mundo.
Una observación tranquilizadora
Para el profesor Lee Smith, “prevenir eficazmente las complicaciones de salud mental se ha convertido en un gran desafío y requiere un enfoque multidimensional del tratamiento, que puede abarcar intervenciones farmacológicas, psicoterapia y cambios en el estilo de vida. »
El hecho de que incluso niveles bajos o moderados de actividad física puedan beneficiar la salud mental es particularmente importante y tranquilizador. De hecho, algunas personas pueden realizar pequeños cambios en su estilo de vida sin sentirse obligadas a comprometerse con un programa de ejercicio de alta intensidad. Es posible que otros, como las personas con enfermedades crónicas, tampoco se sientan capaces.
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