Salud. Más frutas y verduras, actividad física… estos consejos para cambiar nuestros hábitos

Salud. Más frutas y verduras, actividad física… estos consejos para cambiar nuestros hábitos
Salud. Más frutas y verduras, actividad física… estos consejos para cambiar nuestros hábitos
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Estudio tras estudio, las cifras son preocupantes. Según cifras publicadas en 2022, el 34,5% de los europeos no come frutas y verduras todos los días. La situación es aún más alarmante entre los jóvenes de 18 a 34 años: casi el 70% de ellos comen menos de 3,5 porciones de frutas y verduras al día, mientras que organizaciones como Public Health France recomiendan cinco. Otros estudios sugieren que, a la misma edad, los jóvenes de hoy consumen cuatro veces menos frutas y verduras que sus abuelos.

Ante esta desafección, tres organizaciones profesionales europeas del sector* (Francia, España y Polonia) se unieron para lanzar el pasado martes una campaña titulada “Buen movimiento” que tendrá una duración de tres años y que estará disponible en las redes sociales con el objetivo de incentivar a los jóvenes de 18 a 34 años a cambiar sus comportamientos respecto a la alimentación, pero también el sedentarismo que les afecta. De hecho, a cuatro de cada cinco jóvenes les gustaría realizar alguna actividad física, pero tienen dificultades para hacerlo. ¿Cómo cambiar esto?

Identificar las fases del cambio de comportamiento.

“Hay varias fases en el cambio de comportamiento”, explicó Vicky Drapeau, doctora en kinesiología de la Universidad de Laval en Quebec, durante una mesa redonda organizada con motivo del lanzamiento de la campaña. Primero está la “contemplación”, etapa donde la persona no se siente interesada por una práctica; luego “preparación” cuando manifiesta la intención de cambiar; luego “acción” cuando esta persona integra regularmente un nuevo hábito; luego “mantenimiento” cuando esta práctica tenga más de seis meses de integración; y finalmente la “recaída”, que es inherente a cualquier cambio de comportamiento, incluso beneficioso. Cuanto más avanzamos hacia la acción, más consejos necesita la persona para mantener la práctica. » Éste es el objetivo de la campaña que acaba de lanzarse.

El médico estima que se necesitan “entre 8 y 10 semanas” para cambiar el comportamiento. “Se necesita tiempo y no es lineal, a menudo hay recaídas que permiten encontrar soluciones más realistas”, explica.

“Empieza pequeño”

Para realizar estos cambios, Vicky Drapeau recomienda “comenzar poco a poco”, como “comer una o dos frutas o verduras al día” o “comer verduras congeladas”. “Cada porción consumida cuenta para reducir los riesgos cardiovasculares”, insiste el quebequense.

En el ámbito deportivo ocurre lo mismo: “No deberíamos ver la actividad física como algo muy específico, sino simplemente moverse y no quedarse quieto”, afirma David Thivel, doctor en fisiología del ejercicio y nutrición humana y ciencias de la salud y profesor de la Universidad. de Clermont-Auvernia. La recomendación es 150 minutos de actividad física de moderada a intensa por semana. Pero si una persona sedentaria aumenta su tiempo de actividad en 10 minutos respecto a lo habitual, ya se ahorra la misma cantidad en términos de riesgos cardiovasculares. » Sobre todo pasamos “demasiado tiempo sentados”, concluye.

Placer y familiaridad

Para cambiar tu conducta alimentaria, no hay nada como centrarse en el placer. “No tendemos a asociar placer y salud, aunque sean totalmente compatibles”, subraya Sandrine Monnery-Patris, investigadora del INRAE ​​​​de Dijon. Las investigaciones actuales muestran que el placer puede ser una palanca hacia opciones de alimentación más saludables y moderadas. » Una dimensión que no debe descuidarse a largo plazo: “Si queremos que el cambio funcione a largo plazo y evitemos recaídas, necesitamos placer”, coincide Vicky Drapeau. El marco también es importante para anclar una nueva práctica: “Es recomendable sentarse juntos a la mesa y prestar atención a lo que tienes en el plato para escuchar a tu cuerpo, y no comer frente a una pantalla como una máquina”. añade Sandrine Monnery-Patris.

Para el investigador del INRAE ​​todo es también una cuestión de “aprender”: “Todo lo que comemos, lo hemos aprendido. Se necesitan entre 8 y 10 exposiciones para que un bebé consuma y disfrute un alimento. Lo que se vuelve familiar se vuelve cada vez más apreciado. Es lo mismo para los adultos. »

*La campaña, cofinanciada por la Unión Europea, fue lanzada por Aprifel (Agencia de Investigación e Información sobre Frutas y Verduras) en Francia, Fruit Union (Asociación de Distribuidores Polacos de Frutas y Verduras) y Ailimpo (Asociación Interprofesional de Limón y Pomelo) en España.

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