¿Cómo afecta la contaminación del suelo y del agua a nuestra salud cardiovascular?

¿Cómo afecta la contaminación del suelo y del agua a nuestra salud cardiovascular?
¿Cómo afecta la contaminación del suelo y del agua a nuestra salud cardiovascular?
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LO ESENCIAL

  • En un artículo publicado en septiembre de 2024 en Nature Reviews Cardiology, varios científicos advierten sobre los riesgos cardiovasculares relacionados con la contaminación del suelo, el agua y el aire.
  • Según sus análisis, la degradación de la tierra amenaza la salud de al menos 3.200 millones de personas, o el 40% de la población mundial.
  • “La exposición a sustancias químicas (como metales pesados, disolventes, dioxinas y pesticidas) en el lugar de trabajo, a través de productos de consumo o indirectamente a través de la contaminación ambiental contribuye a la disfunción endotelial y a las enfermedades cardiovasculares”, detallan.

Metales pesados, pesticidas, micro y nanoplásticos… Los suelos están contaminados por muchas sustancias químicas nocivas para el medio ambiente pero también para nuestra salud cardiovascular, según muestra un artículo de revisión publicado recientemente en Nature Reviews Cardiology.

“La contaminación del suelo es un peligro mucho menos visible para la salud humana que el aire contaminado”

El estudio Global Burden of Disease, publicado en 2019, estimó que la contaminación fue responsable de 5,5 millones de muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares. Más concretamente, los científicos han encontrado pruebas sólidas que establecen vínculos entre un buen número de contaminantes como metales pesados, pesticidas, dioxinas e incluso determinadas sustancias químicas sintéticas tóxicas y patologías cardiovasculares.

La contaminación del suelo es un peligro mucho menos visible para la salud humana que el aire contaminadoafirman los dos autores principales del estudio, el profesor Thomas Münzel, profesor titular, y el profesor Andreas Daiber, jefe del grupo de investigación de Cardiología Molecular del Departamento de Cardiología de la Universidad Médica de Mainz. Pero se están acumulando pruebas de que los contaminantes del suelo y del agua pueden dañar la salud cardiovascular a través de varios mecanismos centrales.

Tener en cuenta los factores ambientales sobre los riesgos cardíacos.

Una razón importante por la que escribí este artículo de revisión fue para alentar encarecidamente a los cardiólogos a considerar los factores ambientales que podrían influir en el riesgo de sus pacientes.”, especifica Thomas Münzel. Así, en este documento, el investigador y sus colegas destacan varios puntos clave:

– Las patologías relacionadas con la contaminación química del suelo, el agua y el aire son responsables de aproximadamente 9 millones de muertes prematuras al año “.lo que equivale al 16% de todas las muertes en el mundo; La mitad de estas muertes son de origen cardiovascular.”.

– La degradación de la tierra amenaza la salud de al menos 3.200 millones de personas, o el 40% de la población mundial.

-Más de 2 mil millones de personas viven en países sujetos a estrés hídrico, o el 25% de la población mundial.

-Entre las causas de la contaminación del suelo y del agua que alteran el medio ambiente, los científicos señalan la deforestación, el cambio climático, el polvo en el aire, la fertilización excesiva y los diseños urbanos insalubres.

-“La contaminación por metales pesados, pesticidas, microplásticos y nanoplásticos causa daño cardiovascular al interactuar con tioles unidos a proteínas, induciendo estrés oxidativo e inflamación y alterando los ritmos circadianos.

-“La exposición a sustancias químicas (como metales pesados, disolventes, dioxinas y pesticidas) en el lugar de trabajo, a través de productos de consumo o indirectamente a través de la contaminación ambiental contribuye a la disfunción endotelial y las enfermedades cardiovasculares.

Otro motivo de preocupación: el polvo suspendido en el aire (que quizás conozcas con el término “polvo sahariano”) es cada vez más importante. “Desafortunadamente, los modelos climáticos predicen que este polvo en suspensión aumentará significativamente y la calidad del aire se deteriorará a medida que el planeta se caliente.”, comenta el profesor Jos Lelieveld del Instituto Max Planck de Química.

En consecuencia, según los autores, es evidentemente fundamental controlar la contaminación del suelo y del agua para reducir los riesgos cardiovasculares. Entre las estrategias clave para conseguirlo, mencionan la reducción de la exposición a sustancias químicas nocivas mediante una mejor filtración del agua, una mejor gestión de la calidad del aire, el respeto a las buenas prácticas agrícolas (con la reducción del uso de pesticidas) o incluso el desarrollo urbano sostenible.

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