Científicos muy serios anticipan una revolución humana.

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Que pasa cuando morimos? La ciencia avanza a una velocidad prodigiosa en este tema y sugiere que ya no se pueden descartar “resurrecciones” en el futuro.

Desde mediados de los años 1970, muchos investigadores se han preguntado sobre este momento en el que pasamos de la vida a la muerte. Las investigaciones más recientes muestran que la frontera entre la vida y la muerte es más “porosa” de lo que uno podría imaginar. Las de Jimo Borjigin, profesor de neurología en la Universidad de Michigan, son espectaculares. En su último trabajo, su primera observación es que “en el cerebro suceden cosas que no tienen sentido”.

Jimo Bojigin estudió por primera vez, al inicio de su carrera, con varios colegas, el caso de una joven que entró en coma tras un paro cardíaco y cuyas reacciones neuronales en el momento de su muerte habían causado mucho ruido. Su cerebro se había reactivado tres veces después de que los médicos desconectaran los dispositivos que la mantenían con vida. Para Jimo Bojigin, la joven había experimentado una experiencia cercana a la muerte (ECM) extremadamente intensa. En la investigación contemporánea dedicada a las zonas grises que rodean la muerte, hablamos de este paciente como el Paciente 0ne.

Desde entonces, los parapsicólogos han identificado elementos específicos de las ECM: la visión de una luz blanca, la sensación de plenitud, una reevaluación moral de la propia vida y la sensación de que el alma se separa del cuerpo. Estos cuatro efectos son hasta la fecha las reacciones más descritas por quienes han regresado a la vida. Sin embargo, como explica en The Guardian, Jimo Borjigin no cree en la posibilidad de que la conciencia pueda abandonar el cuerpo, aunque coincide en que en el momento de la muerte se produce una actividad “extraña” e inexplicable en el cerebro. ¿Por qué las historias de ECM suelen ser las mismas, por ejemplo?

Una cosa es ahora segura para los científicos: la muerte no es un punto o un pasaje, sino un proceso. Después de la muerte, después de que el corazón se ha detenido por completo, la sangre y el oxígeno ciertamente dejan de circular por el cuerpo. Y las células comienzan a descomponerse. Pero la actividad eléctrica del cerebro no se detiene inmediatamente, los órganos siguen funcionando hasta cierto punto. Mejor aún: en determinados casos se puede reiniciar el corazón y restablecer las funciones cerebrales. En otras palabras, “el proceso de muerte se puede revertir”, resume The Guardian.

Desde la década de 1970, la medicina y la tecnología han sacado a miles de personas del camino de la muerte. Con boca a boca, masaje cardíaco y uso de desfibriladores. Y probablemente esto sea sólo el comienzo. En 2019, una mujer británica llamada Audrey Schoeman, atrapada en una tormenta de nieve, pasó seis horas en paro cardíaco antes de que los médicos la devolvieran a la vida, sin daño cerebral.

¿Y si en unos años pudiéramos revivir a personas que llevan varios días muertas? El científico Lance Becker, especialista en esta investigación, no oculta su entusiasmo ante la probable revolución que se avecina. “Nunca ha habido un momento más apasionante en este campo. Estamos descubriendo nuevos fármacos, nuevas máquinas y nuevos datos sobre el cerebro”, dijo a The Guardian.

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