¿Nutri-Score será pronto obligatorio? Los lobbies de la industria alimentaria no tienen prisa

¿Nutri-Score será pronto obligatorio? Los lobbies de la industria alimentaria no tienen prisa
¿Nutri-Score será pronto obligatorio? Los lobbies de la industria alimentaria no tienen prisa
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Lo esencial
Desde 2017, el Nutri-Score permite a los consumidores consultar una nota nutricional de los alimentos que consumen. Actualizado desde entonces, se ha vuelto más estricto y algunos grupos agroalimentarios han decidido dejar de jugar al juego eliminando el logotipo de sus envases. Sigue siendo opcional a pesar de las recomendaciones de los actores de la salud pública, ¿debería convertirse en obligatorio?

Obtener una A, B, C o D no es solo una cuestión de estudios. Desde 2017, los productos alimenticios también reciben una calificación en función de su valor nutricional. Esta herramienta de etiquetado no obligatoria tiene un nombre: Nutri-Score.

Tras varias recomendaciones de científicos y asociaciones de consumidores, el método de cálculo de este indicador alimentario ha evolucionado. El objetivo era orientar a los consumidores hacia opciones más informadas y saludables. En este sentido, algunos productos han mejorado su puntuación. Otros, por el contrario, la han visto disminuir. Algunas marcas incluso han decidido simplemente eliminar la etiqueta Nutri-Score de sus productos.

“La Comisión Europea ha cedido a las presiones de varios lobbies”

Sin embargo, la mayoría de los franceses (91%) está a favor de que este último esté presente en los envases de los alimentos, sobre todo después de que un estudio publicado la semana pasada confirma la relación entre una puntuación baja y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Teniendo en cuenta estos dos resultados, ¿el Nutri-Score, gratuito y voluntario, ha quedado obsoleto y ha llegado el momento de hacerlo obligatorio?

“Todos los actores de la salud pública y las asociaciones de consumidores esperan que esto suceda”, explica Serge Hercberg, investigador y nutricionista francés cuyo trabajo inspiró el Nutri-Score. “Para ello, es necesario modificar la normativa europea. Esto se planeó a través de la estrategia “De la granja a la mesa”. La Comisión Europea tuvo que elegir un logotipo para hacerlo obligatorio y el Nutri-Score era el favorito. Pero la Comisión finalmente cedió a la presión de varios lobbies alimentarios y fuerzas políticas, incluido el gobierno italiano de Girogia Meloni”.

Si la Comisión Europea no toma una decisión, ¿tienen los Estados miembros la posibilidad de prescribir el Nutri-Score en su sistema alimentario sin el consentimiento de Europa? “Podemos esperar que haya valentía política por parte de este lado”, sugiere Serge Hercberg. Los gobiernos deben asumir el riesgo de litigar con la Comisión.

Si ninguna medida hace obligatoria la herramienta, el uso por parte de los consumidores también puede decidir la cuestión según el investigador: “Deben alejarse de los productos que no llevan el Nutri-Score, porque provienen de empresas que no juegan el juego de la transparencia”.

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