Para alcachofas más digeribles, nuestras abuelas tienen un secreto de cocina bien guardado

Para alcachofas más digeribles, nuestras abuelas tienen un secreto de cocina bien guardado
Descriptive text here
-

¡Es el comienzo de la temporada de alcachofas! ¿Pero sabes cocinarlos? Aquí tienes un consejo de cocina muy conocido por nuestras abuelas para facilitar la digestión de esta hortaliza de flor.

Te encantan las alcachofas. Cada primavera, en los puestos sólo hay ojos para esta hortaliza de flor. No podrás resistirte a su carne derretida, a nuez y ligeramente dulce. Así que en cuanto muestra las puntas de sus hojas en el mercado, se hace una Redada y vuelves con la cesta llena hasta rebosar. La ventaja es que no hay nada de qué sentirse culpable. Ya sabes que esta verdura es muy baja en calorías (sólo 43 calorías por 100 g) y excelente para la salud. Además de ser el alimento detox perfecto para acercarnos a la temporada estival, es rico en fibra, minerales, especialmente calcio y magnesio, además de vitamina C y B9. ¿El único inconveniente? Siempre te cuesta un poco digerirlo. ¡Esto se debe precisamente a que es rico en fibra! Contiene en particular inulina, una fibra que comparte con la alcachofa de Jerusalén (eso ya dice mucho al respecto). Resulta que nuestras enzimas digestivas no están muy acostumbradas a esta molécula, por lo que la digestión puede ser bastante… melodiosa. Afortunadamente, hay un pequeño consejo para evitar los fuegos artificiales digestivos. ¡Simplemente coloque unas gotas de este ingrediente en el agua de cocción de las alcachofas!

¿Cómo digerir mejor las alcachofas?

Nuestras abuelas siempre lo han hecho de forma empírica: al cocinar, echan un pequeño chorrito de zumo de limón en el agua de alcachofa. Esto, por un lado, evita que se oxiden y se ennegrezcan y, por otro, los hace más digeribles. Por qué ? ¡Precisamente porque la inulina se concentra en el aire! ¡Cuanto menos se oxide la alcachofa, es menos probable que cause problemas digestivos! Si no tienes un limón a mano, también puedes sustituir su jugo por una cucharadita de bicarbonato de sodio. Este último también facilitará el trabajo de nuestros intestinos. Antes de cocinarla, recuerda lavar bien la alcachofa, sobre todo si no es ecológica. Luego, corta el tallo con un cuchillo de cocina, pela y retira las hojas ásperas de la base, recorta las puntas espinosas y saca el heno con una cuchara. Cocine siempre la alcachofa boca abajo para que no absorba demasiada agua de cocción.

Con un poco de preparación y un toque de saber hacer, podrás disfrutar de tus alcachofas con total tranquilidad, sin miedo a efectos adversos en tu digestión. Gracias a este truco de cocina transmitido de generación en generación podrás decir adiós a los problemas digestivos y aprovechar al máximo la temporada de alcachofas.

-

PREV A partir de enero de 2025, los bebés deberán ser vacunados contra cinco cepas de la enfermedad.
NEXT Pérdida de peso para el verano: ¿qué es la dieta californiana?