cual es el menos malo?

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LA PREGUNTA CORRECTA – Estos pasteles suelen estar en nuestras mesas de desayuno o brunch. Pero entre el croissant y el dolor de chocolate, ¿hay alguno a favor? ¿Una versión menos grasosa y dulce?

Para el desayuno, el brunch o para disfrutar de un delicioso refrigerio, el dolor de chocolate y los croissants suelen ser imprescindibles y son sinónimo de dulzura. Desde el punto de vista nutricional, en cambio, algunas personas saben que esta bollería está lejos de ser saludable y debe consumirse con moderación. Pero entre el croissant y el dolor de chocolate, ¿cuál es menos malo? ¿Hay alguno que sea menos graso y dulce?

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Una composición similar

A riesgo de decepcionar, ninguno de estos dos dulces se verá favorecido. Tienen una composición nutricional casi similar. Hay de 250 a 300 calorías por un dolor de chocolate y de 230 a 270 por un croissant. “Encontramos una media de 25 gramos de lípidos en cada persona”, explica Angélique Plier, dietista nutricionista, “con 2 a 3 gramos adicionales (el equivalente a poco más de 2 cucharadas de aceite) para el dolor de chocolate, debido a su barra de chocolate. Ambos también contienen 45 gramos de carbohidratos en promedio, con 6 gramos adicionales para el pan.

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En realidad, el dolor de chocolate y los croissants son alimentos “de placer” y no aportan nada interesante para el funcionamiento del organismo. “Son sólo grasas saturadas y azúcares rápidos”, resume la nutricionista dietista, “no aportan vitaminas, fibras ni minerales al organismo”. Después de ingerirlos no nos sentiremos llenos y es posible que comamos más.

Consumir con moderación

De ahí la importancia de asegurar un consumo moderado. “Los azúcares rápidos de ambos alimentos provocan un pico de azúcar en sangre, un aumento repentino de los niveles de azúcar en sangre”, informa Angélique Plier. La caída de este ritmo será tan rápida como su aumento y provocará entonces fatiga, un nuevo deseo de comer y de comer azúcar. En última instancia, un consumo excesivo de azúcares rápidos puede incluso contribuir al desarrollo de hígado graso, advierte la dietista. Su contenido en grasas saturadas también requiere moderación en su consumo. “Un exceso puede provocar la creación de prostaglandinas proinflamatorias, sustancias que provocan inflamación en todo el organismo”, añade el profesional. Por no hablar de que los azúcares y las grasas saturadas perjudicarán nuestra flora intestinal.

Son sólo grasas saturadas y azúcares rápidos, resume la nutricionista dietista, no aportan vitaminas, fibras ni minerales al organismo.

Angélique Plier, dietista nutricionista

Sin embargo, en el desayuno o el brunch, puedes limitar el daño agregando un elemento salado a tu croissant o pan de chocolate. Más precisamente, una buena fuente de proteínas y fibra que limitará la absorción de grasas y azúcares. En la práctica ? “Una ensalada de verduras crudas o dos huevos serían el acompañamiento preferido”, aconseja Angélique Plier. Por último, tendremos cuidado de no consumir uno de estos dos pasteles pasadas las 16 horas. “Las enzimas más capaces de digerir las grasas saturadas son mucho menos eficientes pasado este tiempo”, explica la dietista. Por lo tanto, para disfrutarlos es mejor favorecer la mañana o el almuerzo, por ejemplo”.

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