El Autumn Nations Series 2024 podría haber marcado un hito importante para el rugby internacional, con un claro aumento del tiempo de juego efectivo.
Un salto adelante en tiempo de juego efectivo
Durante el Mundial de 2023, el BIP promedio, que significa “pelota en juego”, fue de 34 minutos y 18 segundos, nos dice Rugby Pass.
De los 21 partidos jugados este otoño, cuatro excedieron los 40 minutos de tiempo de juego efectivo. Con una media global de 37 minutos y 11 segundos. Eso es un aumento del 8%.
Las actuaciones del equipo francés ilustran esta evolución. Durante su contundente victoria ante Japón (52-12), el tiempo efectivo de juego alcanzó los 41 minutos y 14 segundos.
Contra los All Blacks, los hombres de Fabien Galthié también mantuvieron un ritmo sostenido, con 37 minutos y 15 segundos de juego efectivo. Una intensidad que refleja el deseo francés de dominar física y tácticamente a sus oponentes.
¿Un nuevo estándar para el rugby internacional?
Este aumento del tiempo de juego también se explica por las nuevas medidas adoptadas por World Rugby. Scrums y toques más rápidos, gestión estricta del tiempo para las penalizaciones: todo está pensado para limitar las interrupciones y ofrecer un rugby más fluido.
Estos ajustes parecen estar dando sus frutos, como lo demuestran las cifras récord de esta competición. Lo que demuestra que el rugby ha evolucionado bien. Y sobre todo, que siga haciéndolo. Vale la pena recordar que un BEEP no significa necesariamente que sea bueno ver una coincidencia. Los encuentros más cortos también pueden ser intensos.
Este ritmo más intenso exige que los jugadores estén en una condición física impecable y que los equipos tengan una preparación estratégica adecuada. No sorprende que el entrenador de la selección francesa, Fabien Galthié puso énfasis en la preparación durante el rally francés antes de las pruebas.
Las Autumn Nations Series 2024 habrán sido mucho más que una simple competición: podrían ser el punto de partida de una revolución en la forma de jugar al rugby. Queda por ver si esta tendencia se mantendrá en el tiempo. Si este fuera el caso, podríamos ver un Mundial de Australia 2027 más espectacular que nunca.