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Los niños representan el 16% de los heridos de guerra en el hospital de Bashair.

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Sudán

Desde principios de 2024, uno de cada seis niños ingresados ​​en el Hospital Universitario Bashair, situado en el sur de Jartum, ha sido víctima de la guerra. Médicos Sin Fronteras (MSF) indica que el 16% de los heridos de guerra atendidos en este establecimiento tienen menos de 15 años. Estos jóvenes pacientes suelen llegar con heridas graves provocadas por balas, explosiones o metralla. Al mismo tiempo, los casos de desnutrición grave entre los niños están aumentando considerablemente, lo que genera una creciente preocupación entre los equipos médicos.

El hospital Bashair, uno de los pocos que aún funcionan en la región, ha recibido a más de 4.214 pacientes que sufren traumas relacionados con la violencia. Estas lesiones incluyen disparos, bombardeos y explosiones. El centro, que ofrece atención de emergencia, procedimientos quirúrgicos y servicios de salud materna, funciona en condiciones extremadamente difíciles.

Atención obstaculizada por bloqueos

Entre las víctimas se encontraba Riyad, un niño de 18 meses. “Riyad fue alcanzado en el costado derecho por una bala perdida mientras dormía en la casa familiar”, dice el Dr. Moeen, jefe del equipo médico de MSF. Durante cuatro horas, los médicos intentaron estabilizar al niño. Con una pérdida de sangre considerable, sus posibilidades de supervivencia se estimaban en un 50%. Aunque el equipo logró detener la hemorragia, la bala permaneció alojada en su pecho debido a la falta de capacidades quirúrgicas avanzadas en el lugar.

El Hospital Bashair enfrenta desafíos importantes. Desde octubre de 2023, el acceso al material quirúrgico se ve obstaculizado por un bloqueo sistemático que complica las intervenciones graves. Además, transportar a los pacientes fuera de la zona es casi imposible: las carreteras están destruidas o son demasiado peligrosas debido a los combates. Estas restricciones también afectan al tratamiento de quemaduras graves, una emergencia cada vez más común tras los ataques con bombas que afectan a civiles.

Un aumento alarmante de la desnutrición entre los niños

“El cierre de centros especializados empeora la situación. No podemos satisfacer determinadas necesidades críticas”, subraya el Dr. Moeen. En octubre, una explosión en un mercado cercano al hospital provocó una afluencia de más de 30 personas heridas, entre ellas 12 niños menores de 15 años. Entre ellos, una niña de 20 meses gravemente herida por la metralla. “Cuando la colocamos en la mesa de rayos X, se le desprendió una parte del cráneo que era extremadamente frágil”, recuerda el médico.

Por suerte, el pequeño sobrevivió, pero muchos otros no tuvieron este desenlace favorable. Al mismo tiempo, la desnutrición está adquiriendo proporciones dramáticas. Entre el 19 de octubre y el 8 de noviembre, 4.186 mujeres y niños fueron examinados en el hospital. Resultado: se diagnosticaron 1.500 casos de desnutrición aguda grave y 400 casos de desnutrición moderada, lo que indica un rápido deterioro de la situación. Ante esta crisis humanitaria, los profesionales de la salud están haciendo sonar la alarma.

Un llamado a la acción para ayudar a los niños

“La población de Jartum está viviendo una verdadera pesadilla. Los niños son las principales víctimas”, afirma Claire San Filippo, coordinadora de emergencias de MSF. Insta a las partes en conflicto a respetar la vida de los civiles y garantizar el acceso sin obstáculos a suministros médicos para los hospitales del país. A medida que continúan los combates, las necesidades humanitarias siguen aumentando. Los equipos médicos presentes en el lugar, ya abrumados, temen que la situación en Sudán empeore aún más si no se toman medidas urgentes para proteger a las poblaciones vulnerables.

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