Mientras los ministros del gobierno de François Bayrou asumen oficialmente sus cargos, el Partido Socialista alza su voz. Amenaza con aprobar una moción de censura, denunciando una “dependencia
a la extrema derecha” y la falta de ruptura con prácticas pasadas.
Los ministros de François Bayrou asumieron sus funciones el martes, marcando el inicio efectivo de una nueva era en Matignon. Sin embargo, esta etapa administrativa se desarrolló en un contexto político particularmente tenso. El Partido Socialista, a través de su líder, Olivier Faure, criticó duramente la composición del Gobierno, al considerar que no respeta las bases de un pacto de no censura negociado de antemano.
“No podemos aceptar un gobierno tan dependiente de la buena voluntad de la extrema derecha, ni un rumbo que no se aleje de las prácticas de fuerza”, declaró Faure.
El PS podría presentar una moción de censura tan pronto como se publique la declaración de política general prevista para el 14 de enero, acentuando aún más las tensiones en la Asamblea.
Nominaciones en el punto de mira
Varias elecciones en la composición del gobierno plantean interrogantes. Entre las personalidades examinadas se encuentra el regreso de Élisabeth Borne, ex primera ministra y ahora encargada de Educación, de Manuel Valls en Ultramar, así como de Gérald Darmanin, nombrado ministro de Justicia. Éric Lombard, nuevo ministro de Economía, tomó posesión el lunes. Ex jefe de la Caisse des Dépôts, inmediatamente fijó su prioridad: reducir el déficit, que califica de “mal endémico”. Sin embargo, esta ambición podría toparse con un Parlamento dividido, donde la mayoría anterior fue derrotada por una moción de censura a principios de diciembre.
Un gran desafío presupuestario
La tarea del Gobierno promete ser delicada, a partir de la aprobación del presupuesto para 2025. Bayrou espera que la presencia de personalidades reconocidas en su equipo permita restablecer cierta estabilidad, pero el equilibrio sigue siendo precario. El Primer Ministro también anunció que no solicitaría formalmente la confianza durante su declaración de política general, dejando la puerta abierta a una moción de censura. “Respeto las oposiciones, pero estoy convencido de que nuestro proyecto hablará a los franceses”, afirmó, reconociendo divisiones dentro del hemiciclo.
Una oposición decidida a actuar
Las oposiciones no tardaron en reaccionar. La Francia insumisa (LFI) confirmó que presentaría una moción de censura, mientras que la Agrupación Nacional, a través de la voz de Jordan Bardella, calificó al gobierno de “coalición del fracaso”. Laurent Wauquiez, por los republicanos, habló de un apoyo condicional, en función de las orientaciones que tome François Bayrou en las próximas semanas.
Un equipo entre la continuidad y la renovación
Compuesto por 35 ministros, el gobierno se acerca a la paridad (18 mujeres y 17 hombres) y conserva a 19 miembros del equipo anterior. Bayrou se dijo “orgulloso” de este colectivo al que considera “sólido y experimentado”. Sin embargo, esta continuidad, asociada al nombramiento de figuras controvertidas, alimenta las críticas por una falta de ruptura con gobiernos anteriores.
Sami Nemli con Agencia / Les Inspirations ECO