El mercado mundial de fertilizantes, valorado en 145 mil millones de dólares en 2023, está al borde de profundas transformaciones. Entre la adopción tecnológica, los avances regulatorios y las fluctuaciones en la oferta y la demanda, la industria tendrá que adaptarse a tendencias disruptivas que podrían remodelar sus fundamentos para 2040.
Durante la última década, la industria de los fertilizantes ha crecido a un ritmo moderado de alrededor del 1% anual, respaldada por un crecimiento estable de la población mundial y una mayor demanda de alimentos. Sin embargo, este statu quo se ve ahora cuestionado por importantes factores estructurales. Según un análisis de la consultora McKinsey, elementos como la agricultura de precisión, la degradación de la tierra y las presiones regulatorias podrían influir en la trayectoria de este mercado. ¿Qué desafíos y oportunidades esperan a los actores en esta industria estratégica?
Tendencias tecnológicas que están transformando la demanda
Las innovaciones tecnológicas en la agricultura están transformando las prácticas de los agricultores. Con el auge de la agricultura de precisión que optimiza la aplicación de fertilizantes mediante sensores, inteligencia artificial y datos geoespaciales, los volúmenes totales de fertilizantes podrían disminuir un 5% para 2040. Estas tecnologías permiten aplicar nutrientes de una manera más específica, reduciendo así los costos para los agricultores y preservando al mismo tiempo los rendimientos.
Al mismo tiempo, los bioestimulantes, una alternativa biológica, están ganando terreno. Fijadores de nitrógeno, extractos de algas o incluso ácidos orgánicos, estos insumos de nueva generación ofrecen el potencial de reducir las emisiones y mejorar los rendimientos. Su creciente adopción, particularmente en Estados Unidos, podría causar que los volúmenes de fertilizantes básicos tradicionales disminuyan entre un 5% y un 10% para 2040.
Presiones ambientales y sus impactos en la industria.
Los fertilizantes nitrogenados, responsables de alrededor del 3% de las emisiones globales, enfrentan una regulación cada vez mayor. Iniciativas como el Pacto Verde Europeo o los compromisos de las empresas agroalimentarias sobre sus emisiones pretenden reducir su uso. Estos esfuerzos podrían dar como resultado una disminución de los volúmenes del 5% para 2040, a medida que las prácticas agrícolas regenerativas y cadenas de suministro más sostenibles se conviertan en prioridades para todo el sector.
Degradación del suelo: un arma de doble filo
La degradación del suelo, causada por la erosión, la salinización y el cambio climático, también podría alterar la demanda de fertilizantes. Si algunos agricultores aumentan las dosis de fertilizantes para compensar esta degradación, otros podrían reducir sus aplicaciones ante una caída de los rendimientos, haciendo que estos aportes no sean rentables. Esta dinámica podría hacer que los volúmenes de uso varíen entre –10% y +10% según las regiones y las prácticas adoptadas.
Novedades regionales y ajustes en las tasas de aplicación.
En África, mejorar el acceso a los fertilizantes podría aumentar las tasas de aplicación y alinear la región con los promedios globales, aumentando los volúmenes generales en alrededor de un 5% para 2040. Por el contrario, China y la India, donde las tasas de aplicación superan los promedios globales, están aplicando políticas destinadas a limitar excesos. Si estos esfuerzos continúan, se podría observar una caída del 5 al 10% en los volúmenes en estos dos países, los mayores consumidores de fertilizantes del mundo.
Cambio de uso de suelo
El cambio en la dieta (reducción de proteínas animales) y la transición a cultivos para biocombustibles también podrían afectar la demanda de fertilizantes, con volúmenes que podrían caer un 5% a largo plazo.
Factores relacionados con la oferta y consideraciones estratégicas.
Además de las perturbaciones de la demanda, están surgiendo factores del lado de la oferta. La volatilidad de las materias primas, los esfuerzos por adoptar insumos más sostenibles (como el amoníaco azul y verde) y la evolución de las cadenas de suministro globales están complicando el panorama competitivo. Estas presiones están obligando a los actores a repensar sus estrategias, en particular a través de:
-fortalecer la competitividad: ¿cómo mantener los márgenes en un entorno competitivo marcado por restricciones de costos y una mayor regulación?
-diversificación de la cartera: la innovación en fertilizantes especializados o la integración de tecnologías de precisión podrían ofrecer oportunidades de crecimiento.
-un enfoque geográfico: regiones como África, donde se espera crecimiento, requieren estrategias específicas y adaptadas.