El diputado de Berthier-Maskinongé, Yves Perron, hizo balance de la última sesión parlamentaria indicando que estaba orgulloso del trabajo realizado, ya sea desde el punto de vista de su trayectoria como portavoz o de su formación política en general.
“Es increíble ver que entre todos los grupos políticos sentados en la Cámara de los Comunes, el único que ha sido constante, riguroso y maduro es el formado por independentistas. Somos los únicos en este Parlamento que no queremos gobernar Canadá y, sin embargo, los otros partidos políticos nos han demostrado en el caos actual que no tienen las habilidades para hacerlo. Y ahora, para agravar la deslucida sesión del gobierno, la salida de Chrystia Freeland se suma a la de otros ocho ministros y al motín de decenas de diputados liberales. Justin Trudeau ha perdido el control de su equipo ministerial y ya no tiene legitimidad para gobernar sin que la población le confíe un nuevo mandato. Debe convocar elecciones”, explicó en un comunicado de prensa.
Sostiene que el Bloc Québécois siguió siendo el adulto en la sala mientras el gobierno se derrumbaba, como lo demuestra la dimisión del Ministro de Finanzas.
“Gracias a nosotros, los intereses de Quebec se presentaron durante toda la sesión de otoño. Defendimos a nuestros mayores con convicción, exigimos responsabilidad por una inmigración responsable y exitosa para garantizar la dignidad de las personas que regresan a hacer una vida aquí, reunimos a casi 250 empresarios agrícolas bajo gestión de suministro en Hill. En serio, ¡lo que logramos es impresionante! Si lo pensamos bien, los únicos proyectos de ley que habrán recibido atención en Ottawa y en los medios de comunicación en esta sesión son los del Bloc Québécois. Por todo ello, estoy orgulloso del trabajo realizado”.
Sin embargo, el señor Perron hizo saber que hasta el martes pasado, el avance del proyecto de ley C-282 había sido frenado por varios senadores.
A pesar de que dos políticos prometieron no obstruir, dice que la votación se retrasó hasta después de las vacaciones porque varios de sus colegas de todos los grupos de senadores complicaron las cosas utilizando diversas tácticas de procedimiento, además de negociar deshonestamente.
“Es una situación realmente frustrante, porque el Senado no tiene un cronograma ni reglas estrictas para regir su trabajo, a diferencia de la Cámara de los Comunes. Esto permite a quienes se oponen a los distintos proyectos de ley de los cargos electos ganar tiempo para condenarlos a muerte en el documento de orden, sin soportar el odio de oponerse a la voluntad de los diputados que representan a la población. Hay algo profundamente antidemocrático en la forma en que opera esta institución. Estos senadores faltan gravemente el respeto a quienes se levantan temprano en la mañana, de lunes a domingo, para alimentar a nuestra población. Es su sistema, que permite que todos tengan un precio justo y equitativo, lo que atacan personas no electas. Definitivamente tendremos que aumentar la presión”.