Muchos astronautas sueñan con ello y Elon Musk lo ha convertido en su razón de vida: ir a Marte y construir allí colonias, al menos temporales al principio. De hecho, hoy en día es inverosímil viajar al planeta rojo siguiendo el modelo de las misiones Apolo, afirma toca y veteque consiste en aterrizar y salir poco después. Lo mismo ocurre con la fórmula Artemis III, según la cual la tripulación solo permanecerá unos días en la Luna.
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¿Por qué esta imposibilidad con Marte? ¡Por el movimiento de los planetas alrededor del Sol, por supuesto! Dejar Marte en un momento inadecuado para regresar a la Tierra implicaría efectivamente dos años de viaje espacial solo para regresar. Todo lo que hay que hacer es esperar hasta que nuestro planeta y Marte vuelvan a estar cerca el uno del otro –cada dos años– para beneficiarse de “sólo” seis meses de tiempo de viaje. Sí, Marte no gira alrededor de la Tierra como la Luna y, por tanto, los colonos tendrán que construir allí refugios.
Por supuesto, el tiempo de transporte de ida y vuelta es sólo uno de los muchos desafíos tecnológicos, logísticos y humanos inherentes a un proyecto de viaje tripulado de este tipo. Las radiaciones solares y cósmicas muy peligrosas, la vida comunitaria en un barco y los efectos de la ingravidez en el cuerpo humano son algunos de ellos. Por eso mucha gente sostiene que seguirá fuera de nuestro alcance durante algunas décadas más.
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Evidentemente esta no es la opinión de Elon Musk, que creó su empresa SpaceX en 2002 con este único objetivo. Y cuando observamos los éxitos excepcionales de esta última, lo imposible no parece asustarla. Serían más bien los astronautas los que sintieran miedo, ya que el propio Musk reconoció hace unos años que los primeros colonos marcianos probablemente morirían allí. Lo que recuerda esta famosa cita de Churchill durante su primer discurso ante la Cámara de los Comunes en 1940: “Todo lo que tengo para ofrecer es sangre, trabajo, lágrimas y sudor”. Literalmente. Y según un estudio científico hecho público recientemente, ahora podríamos añadir “orina”. Sí, bien podría ser que los astronautas necesiten sus excreciones corporales líquidas…
Hormigón fabricado in situ con regolito marciano
La Luna y Marte están cubiertos de un polvo muy fino formado por miles de millones de años de meteoritos que caen sobre sus superficies, lo que se llama regolito. Sin embargo, esto sería de gran utilidad para producir hormigón “nativo” y construir cuarteles en el planeta rojo.
Ojo, este hormigón en Marte se enfrentará a otras limitaciones que las que sabemos utilizar en la Tierra: poca presión atmosférica (200 veces menos que la que experimentamos en el suelo de nuestras vacas), radiación ultravioleta constante, etc. Por tanto, es necesario determinar qué tipo de regolito es el más prometedor. El estudio en cuestión señala que el mejor candidato es el hormigón de azufre, el más abundante en Marte según los análisis realizados por los módulos de aterrizaje y vehículos marcianos Viking, Spirit, Opportunity y Curiosity.
Un aglutinante orgánico a base de urea.
AstroCrete ya había sido propuesto como material en 1985 y su aglutinante era entonces… la sangre humana, más precisamente la albúmina sérica humana (HSA), una proteína presente en nuestras venas y arterias. Según los autores del último estudio, menos propensos al vampirismo, la propuesta del hormigón sulfuroso sería mejor según muchos parámetros. Por lo tanto, los colonos marcianos no tendrán que sangrar para producir el aglutinante orgánico, ¡sólo sudar, llorar y orinar para extraer la urea necesaria para este último!
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