Una herramienta revolucionaria que transforma en profundidad la imagen cardiológica, agilizando el diagnóstico, afinando los análisis y mejorando la atención al paciente. Sin embargo, su papel sigue siendo complementario: la medicina sigue siendo una ciencia humana, donde la interacción y la experiencia del médico son insustituibles. Esta es la convicción del Dr. Filippo Civaia, cardiólogo y jefe de imagen cardiovascular del CCM (Centro Cardio-Torácico de Mónaco). Se explica en una entrevista.
¿Qué papel juega hoy la IA en las imágenes de cardiología?
Esta herramienta, tan fascinante como a veces intimidante, está comenzando a integrarse significativamente en nuestras prácticas, particularmente a través de tecnologías como el aprendizaje automático, el aprendizaje profundo y la radiómica (1). Estos avances están transformando la forma en que utilizamos herramientas de diagnóstico como la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la ecografía.
¿Ejemplos concretos?
La optimización de las exploraciones mejora el análisis de las coronarias, la cuantificación de las placas de ateroma o incluso la evaluación funcional mediante técnicas como el CTFFR (Reserva Fraccionada de Flujo obtenida por escáner).
Gracias a algoritmos avanzados exploramos nuevas dimensiones, como el estudio de la matriz extracelular, que ayuda a identificar patologías como la fibrosis o la amiloidosis cardíaca. [maladie du muscle cardiaque qui est anormalement épaissi et rigide, Ndlr]. La IA también alivia los procesos que consumen mucho tiempo, como el análisis repetido de datos complejos, al tiempo que aumenta la precisión del diagnóstico. Por otra parte, y subrayo este punto, sigue siendo una herramienta de apoyo.
¿Qué quieres decir con eso?
La IA no reemplaza el razonamiento clínico, que se basa en intercambios humanos y una comprensión global del paciente. Uno de los aspectos fundamentales de la medicina, la relación humana, sigue siendo insustituible. El papel del médico va mucho más allá de interpretar datos: también se trata de proporcionar una dimensión emocional y un apoyo personalizado, elementos que la IA no puede reproducir.
Si muchas tareas se automatizan gracias a la IA, ¿no se corre el riesgo de perjudicar la adquisición de habilidades?
Plantea la cuestión de las habilidades humanas versus la automatización. Una de las preocupaciones es, tiene razón, que la IA podría reducir el aprendizaje de los médicos jóvenes, particularmente en el análisis fino de imágenes. Sin embargo, cuando se utiliza correctamente, también puede llenar los vacíos de los menos experimentados guiándolos en elecciones terapéuticas informadas.
Y en mi opinión, es especialmente valioso en zonas poco equipadas, donde ofrece un acceso rápido a información compleja y facilita la derivación a centros especializados.
¿Hasta dónde puede llegar la IA?
La IA abre inmensas perspectivas, particularmente en las decisiones terapéuticas. Por ejemplo, los algoritmos alimentados por bases de datos masivas pueden ayudar a los médicos a elegir tratamientos analizando millones de casos similares. Sin embargo, también en este caso la experiencia humana sigue siendo esencial para adaptar estas propuestas a cada paciente.
Entonces, ¿no hay IA sin un médico?
La IA no pretende sustituir a los médicos, sino ayudarlos a superar sus limitaciones actuales, permitiéndoles centrarse en tareas complejas y humanas. También podría reducir las desigualdades médicas, al fortalecer la calidad de la atención en áreas remotas.
1. Métodos que permiten el análisis cualitativo y cuantitativo de alto rendimiento, consistentes en la extracción a alta velocidad de datos de imágenes médicas digitales con el fin de obtener información predictiva y/o pronóstica de pacientes tratados por una patología.