Después de que los suizos rechazaron la ampliación de las autopistas, los automovilistas deben recibir algo a cambio, porque han contribuido al Fondo para las carreteras nacionales y el tráfico urbano (FORTA). En cualquier caso, esta es la opinión del consejero nacional Thomas Knutti (UDC/BE), que la próxima semana presentará una moción al Parlamento para pedir al Consejo Federal que reduzca el impuesto sobre los combustibles en 10 céntimos por litro. “La votación terminó, ahora el dinero es inútil. La Confederación debería devolverlo inmediatamente al pueblo”, explica el funcionario electo en las columnas de “NZZ am Sonntag”.
De hecho, en el fondo FORTA se habían previsto cerca de cinco mil millones de francos para la ampliación de las autopistas. Quien reposta hoy en el surtidor paga alrededor de 77 céntimos de impuesto sobre los hidrocarburos por litro de gasolina, de los cuales alrededor del 10% se destina al fondo FORTA. “Los precios de la gasolina o del diésel oscilan entre 1,65 y 1,80 francos. Diez céntimos suponen un alivio notable para todos aquellos que tienen que repostar regularmente”, calcula Thomas Knutti, que teme que los 5.000 millones se desvíen a financiar el ferrocarril.
La dirección de la UDC y la del grupo parlamentario apoyan la propuesta de su consejero nacional bernés. Sin embargo, la moción entra en conflicto directo con el Ministro de Transportes, Albert Rösti. A este último le preocupa que el fondo FORTA se agote. Alimentado por diversas fuentes, recibe alrededor de 2,7 mil millones de francos cada año, de los cuales 250 millones provienen del impuesto sobre los combustibles. “En caso de una caída inmediata de los ingresos, FORTA carecería de dinero para financiar proyectos ya aprobados”, afirmó.
