La contaminación plástica es uno de los mayores desafíos ambientales de nuestro tiempo. Según un estudio publicado en noviembre de 2024 por la Universidad de California, si no se toman medidas, la cantidad de residuos plásticos mal gestionados en todo el mundo podría casi duplicarse de aquí a 2050, alcanzando alrededor de 121 millones de toneladas. Al mismo tiempo, las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas a la producción y gestión de plásticos podrían aumentar un 37%, hasta alcanzar las 3,35 gigatoneladas de CO2 equivalente.
El impacto de la contaminación plástica en el medio ambiente y la salud
Desde 1950, la producción de plástico se ha disparado, lo que ha llevado a la generación de residuos plásticos mal gestionados. Estos desechos, que se descomponen en pedazos cada vez más pequeños, incluidos microplásticos y nanoplásticos, dañan los ecosistemas de todo el mundo, desde el Ártico hasta los fondos oceánicos. Además de contaminar los entornos naturales, la contaminación plástica también está relacionada con riesgos para la salud humana, aumentando las posibilidades de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares.
El sistema del plástico también contribuye al cambio climático, porque la producción de plástico genera emisiones de gases de efecto invernadero. Los países del Sur, aunque producen poco plástico, son los más afectados por la gestión de los residuos plásticos, a menudo enviados por los países ricos. Esto conduce a graves problemas ambientales y sociales, incluida la contaminación y los riesgos para la salud en estas regiones.
Los objetivos del tratado global sobre la contaminación plástica
En 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución para desarrollar un tratado internacional jurídicamente vinculante para reducir la contaminación plástica a nivel mundial, cuya finalización está prevista para finales de 2024. Sin embargo, la sesión decisiva de negociaciones en noviembre de 2024 en Busan, Corea del Sur, terminó sin un acuerdo. Se adoptó un texto como base para nuevas negociaciones en 2025.
Cuatro soluciones para reducir la contaminación plástica
Para reducir la contaminación plástica, investigadores de la Universidad de California proponen cuatro soluciones clave que, combinadas, podrían tener un impacto importante en la gestión de residuos plásticos y las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Limitar la producción de plásticos nuevos: una de las principales propuestas es limitar la producción de plásticos nuevos al nivel de 2020. Esto reduciría el volumen de plástico que se desecha o se gestiona mal, y al mismo tiempo fomentaría un mayor reciclaje. Además, esta medida tendría un efecto positivo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, porque la fabricación de plástico nuevo genera una parte importante de estas emisiones. Sin embargo, algunos expertos creen que la implementación de esta solución podría verse obstaculizada por los poderosos lobbys de la industria petroquímica.
2. Exigir el uso de plástico reciclado: Otra solución sería exigir a los fabricantes que utilicen al menos un 40% de plástico reciclado en la producción de plásticos nuevos. Esto promovería una economía circular y reduciría la demanda de nuevas materias primas. Sin embargo, algunos investigadores destacan la necesidad de garantizar que el plástico reciclado no sea tóxico, ya que los plásticos suelen contener sustancias peligrosas para la salud.
3. Invertir en infraestructura de gestión de residuos: los investigadores recomiendan una inversión de 50 mil millones de dólares en infraestructura de gestión de residuos, particularmente en el Sur Global. Esta inversión mejoraría la recogida, el reciclaje y la incineración de residuos plásticos, reduciendo así su mala gestión y su impacto medioambiental. Sin embargo, algunos expertos creen que esta solución podría incrementar la producción de plástico, porque se necesitaría más material para abastecer estas infraestructuras.
4. Imponer un impuesto a los envases de plástico: Finalmente, los investigadores proponen implementar un impuesto al consumo de envases de plástico, con el fin de reducir la demanda de plástico y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque esta solución tiene potencial, algunos activistas creen que corre el riesgo de fomentar la producción en lugar de reducir el consumo, y están a favor de una prohibición total de los plásticos de un solo uso.
Una combinación de soluciones para reducir la contaminación plástica
Los investigadores estiman que si estas cuatro soluciones se aplicaran a nivel mundial, reducirían los residuos plásticos mal gestionados en un 91% para 2050, de 121 millones de toneladas a solo 11 millones de toneladas. Además, las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a los plásticos podrían reducirse en un tercio. Para algunos activistas, la prioridad debería ser eliminar por completo los plásticos de un solo uso y promover alternativas sostenibles.
Moctar FICUU / VivAfrik