La desertificación y la degradación de la tierra representan amenazas crecientes para las poblaciones de todo el mundo, y en particular para los jóvenes. Según las Naciones Unidas (ONU), aproximadamente mil millones de personas menores de 25 años viven en regiones donde sus empleos y medios de vida dependen directamente de la tierra y los recursos naturales. Sin embargo, la desertificación pone en peligro su futuro, al hacer que la tierra sea menos productiva y aumentar los riesgos relacionados con la inseguridad alimentaria y el éxodo rural.
Ante esta amenaza global, los jóvenes y las comunidades de todos los orígenes están adoptando enfoques innovadores para preservar sus tierras, prevenir su degradación y brindar nuevas oportunidades económicas. La lucha contra la desertificación y la sequía está en el centro de los debates actuales en la COP16, la reunión mundial de las partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), que se celebrará en Riad, Arabia Saudita, hasta el 13 de diciembre de 2024.
Madagascar: combatir la erosión con sisal
En el sur de Madagascar, una de las regiones más vulnerables de la isla, las tierras cultivables están seriamente amenazadas por la sedimentación provocada por los fuertes vientos estacionales. Las comunidades locales, cuyos medios de vida dependen de la agricultura, enfrentan una rápida degradación de sus tierras cultivadas. Pero hoy, gracias al apoyo de las Naciones Unidas, estas comunidades están recurriendo a soluciones sostenibles como el cultivo de sisal.
El sisal, una planta resistente y bien adaptada a condiciones áridas, desempeña un papel clave en la protección del suelo. Cuando se cultiva en rejillas, ayuda a estabilizar la capa superior del suelo, previene la erosión y reduce la frecuencia de las tormentas de arena. Lydia Monique Anjarasoa, una residente local, explica: “Antes, esta tierra estaba completamente cubierta de arena, no podíamos cultivar nada allí. Hoy, gracias al sisal, nuestro pueblo se beneficia enormemente. »
Reverdecer el desierto en Arabia Saudita: un proyecto ambicioso
En Arabia Saudita, Abdullah Ibrahim Alissa da testimonio de la transformación de las tierras áridas que ha observado desde su infancia. Situadas en el Parque Nacional Thadiq, al norte de Riad, estas tierras son hoy el centro de un ambicioso proyecto de rehabilitación. Alissa, que es el administrador del parque, dirige un programa para plantar 250.000 árboles y un millón de arbustos, mientras construye presas en terrazas para capturar las escasas lluvias de la región.
La iniciativa es parte de un proyecto nacional más amplio para restaurar vastas extensiones de desierto en Arabia Saudita y más allá. El objetivo es combatir la desertificación, la sequía y la degradación de la tierra, particularmente en los países de Asia occidental y el norte de África, donde el 60% de la población ya se enfrenta a una grave escasez de agua. El gobierno saudita colaboró con la Secretaría Ejecutiva de la CLD para lanzar la Iniciativa Global de Tierras del G20, con el objetivo de reducir la degradación de la tierra en un 50% para 2040.
Esperanza en Níger: restauración de tierras y diversificación de los medios de vida
En la región del Sahel, una de las zonas más afectadas por los efectos del cambio climático, los agricultores de Níger enfrentan desafíos cada vez mayores relacionados con la sequía, la degradación del suelo y la inflación de precios. Sin embargo, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y su programa integrado de resiliencia, las comunidades de la región de Tilabéri han encontrado soluciones para restaurar la tierra y diversificar sus fuentes de ingresos.
Foureyratou Saidou, madre soltera de cuatro hijos, explica cómo ha cambiado su vida gracias a la iniciativa. Ahora cultiva cebollas, tomates, lechugas y otras verduras en un huerto comunitario. “Antes no teníamos casi nada de qué vivir. Ahora, gracias a la agricultura, no sólo podemos comer lo que cultivamos, sino también vender nuestros productos en el mercado local”, afirma. El programa también facilitó el acceso al mercado y a fuentes sostenibles de ingresos, lo que permitió a la Sra. Saidou mantener a sus hijos y fortalecer la resiliencia de su familia ante futuras crisis.
Colaboración mundial para hacer frente a la desertificación
Estos ejemplos ilustran respuestas locales innovadoras a la desertificación, pero combatir esta amenaza requiere una acción colectiva. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y las comunidades locales deben unirse para implementar soluciones sostenibles, como la restauración de tierras, la conservación de los recursos hídricos y la adaptación a los impactos del cambio climático.
Los debates de la COP16 sobre la desertificación son un paso crucial en esta lucha global. Si bien proyectos como los de Madagascar, Arabia Saudita y Níger demuestran que es posible devolver la vida a las tierras degradadas, estas iniciativas deben ampliarse y respaldarse con un fuerte compromiso político a escala global para garantizar un futuro más seguro y sostenible para generaciones futuras.
Moctar FICUU / VivAfrik
