Un kosovar condenado por apuñalar a un compatriota en una obra de construcción podría escapar a la deportación. La razón: su hijo gravemente discapacitado, que vive en una institución en Suiza, lo necesita. El hombre, que reside en el país desde 1999, fue condenado por intento de asesinato el año pasado. El tribunal cantonal de Solothurn lo condenó a siete años y medio de prisión, así como a la expulsión del territorio durante diez años. Lo que le impediría cuidar de su descendencia es el motivo por el que apeló.
“Es obvio y natural que el recurrente quiera seguir apoyando a su hijo mediante visitas periódicas, sobre todo porque la madre de este último ha fallecido”, informa el Tribunal Federal (TF), que admitió parcialmente el recurso. A su juicio, también reconoce “que sería difícil para alguien que requiere cuidados intensivos visitar a su padre en el extranjero. El hijo no puede mantener por sí solo los vínculos sociales”.
La TF considera que el delito cometido por el kosovar, padre de cuatro hijos, es “particularmente grave”. “Sin embargo, el recurrente no tiene antecedentes penales, salvo una minucia”, añadió. Por lo tanto, corresponde al tribunal cantonal de Solothurn dictar una nueva decisión, tras sopesar los intereses. “Habrá que examinar si el recurrente presenta un riesgo concreto de reincidencia por delitos violentos, que se opone a su derecho a visitar a su hijo”.
