Turbulencias en el imperio de la familia Mulliez. Frente a la tienda Auchan en Fontenay-sous-Bois (Val-de-Marne), en las afueras de París, unos 200 activistas respondieron este miércoles por la mañana al llamamiento de la CGT para bloquear el hipermercado. La causa de los agravios son mil millones de euros en dividendos pagados por la marca deportiva Decathlon, cuando 2.389 puestos de trabajo están amenazados en las marcas Auchan, mientras las dos marcas pertenecen al mismo grupo: la Asociación de la Familia Mulliez (AFM). En la galaxia de estos últimos, tiendas muy convencionales como Leroy Merlin, Kiabi, Flunch, Boulanger y Norauto. “¿Cómo podemos tolerar que Decathlon, una marca del grupo, pueda pagar una enorme suma de dividendos y que Auchan, una marca del mismo grupo, pueda masacrar la vida de miles de personas eliminando 2.400 puestos de trabajo? », preguntó el martes Servicios CGT.
El presidente de la marca de artículos deportivos Decathlon, Fabien Derville, justificó el pago por parte de esta empresa de mil millones de euros en dividendos a la familia Mulliez, destacando, en una entrevista publicada este miércoles, a nuestros compañeros de La Voz del Norteque el objetivo era “un uso que cree más valor, no riqueza”, aunque reconoció que “el impulso no era el ideal a nivel de los medios”. El presidente, también miembro del consejo de administración de la AFM, no quiso detallar el uso previsto de los fondos, indicando únicamente que “la vocación es emprendedora”: “nuevas profesiones, aceleración de nuestras empresas principales y, en su caso, apoyo a la transformación”. .
“En shock”
Pero la CFDT Decathlon, “conmocionada”, consideró que esta suma era “desproporcionada” teniendo en cuenta los resultados no conseguidos por la empresa. “Llamó a los 20.000 empleados de la marca a movilizarse y hacer huelga” el sábado en las tiendas. “Todas las marcas del grupo Mulliez están muy enfadadas, es una vergüenza”, protestó el delegado central de la CFDT en Auchan Francia, René Carette.
El anuncio de estos dividendos se produce unas semanas después de los importantes recortes de empleo previstos en Auchan. Un total de 2.389 puestos de trabajo están en riesgo mientras el distribuidor de alimentos continúa con sus difíciles ejercicios. Las negociaciones sociales, que ya comenzaron, permitieron a la federación de servicios CFDT solicitar reclasificaciones en otras empresas de la galaxia Mulliez. Según una fuente cercana a Auchan, la marca hace todo lo posible para facilitar la relación entre sus empleados y las empresas AFM, “en función de las zonas geográficas, las cualificaciones y las competencias buscadas”.
¿Qué pasa con el dinero público?
Los sindicatos también cuestionan las ventajas de determinadas ayudas públicas a las empresas y la CFDT pide la creación de una comisión de investigación.
Atacada por el primer ministro Michel Barnier, que dijo querer “saber” qué hicieron Auchan y otro grupo que planea recortar puestos de trabajo, Michelin, “con el dinero público que les dimos”, la distribuidora había asegurado que su reducción de tarifas en el marco de la CICE (crédito fiscal para la competitividad y el empleo), de 83 millones de euros cada año entre 2013 y 2018, había sido “íntegramente utilizado para los objetivos perseguidos por este sistema “. Dijo que también había “pagado 258 millones de euros en impuestos (sin incluir los impuestos recaudados: IVA, impuestos sobre el alcohol, TICPE) y 607 millones de euros en cargas sociales por parte del empresario”.
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