MONTREAL — La exposición al calor se asocia con varios riesgos para la salud de la mujer y del feto durante el embarazo, así como para la salud del bebé después del nacimiento, advierte un nuevo metaanálisis.
Los autores de este análisis encontraron así una asociación entre la exposición al calor y los trastornos hipertensivos, los problemas de diabetes y las hemorragias durante el embarazo. Las olas de calor también se han asociado con un aumento de hospitalizaciones de mujeres embarazadas por todas las causas.
Los investigadores también encontraron una asociación entre la exposición al calor y un mayor riesgo de muerte fetal. Específicamente, el riesgo de muerte fetal aumentó en un 14% por cada aumento de un grado Celsius. Se midió una asociación algo menos sólida entre la exposición al calor y el riesgo de defectos de nacimiento.
Finalmente, cuando se trata de recién nacidos, los autores del metanálisis encontraron la asociación más fuerte con la exposición al calor en el riesgo de parto prematuro. Esta exposición también se ha asociado con un mayor riesgo de bajo peso al nacer y de hospitalización, morbilidad y muerte del recién nacido.
“Es un estudio muy interesante sobre un tema del que no hablamos lo suficiente”, respondió el doctor François Audibert, obstetra-ginecólogo del CHU Sainte-Justine.
Dicho esto, matiza, “hay mucha heterogeneidad no sólo en los estudios (que agruparon), sino también en los resultados. Los autores también reconocen que existe un riesgo importante de que se produzcan diversos sesgos.
Cita como ejemplo una comparación que se haría entre países del Norte y países del Sur. Más allá de las evidentes diferencias de temperatura, es evidente que diversos factores socioeconómicos también pueden influir en la salud de la madre y del bebé.
Estudios anteriores también habían demostrado una asociación entre la exposición al calor y un mayor riesgo de muerte prematura, recuerda el doctor Audibert.
“Cuando llega una paciente con contracciones prematuras, una de las primeras cosas que hacen los equipos es rehidratar a las pacientes porque sabemos que la deshidratación de la madre puede ser un factor que aumente las contracciones a través de diferentes mecanismos”, explicó.
En cuanto a las malformaciones congénitas, añadió el Dr. Audibert, “es bastante más difícil afirmar la causalidad”. Sin embargo, los estudios sugieren que el calor podría interferir con la formación del embrión en las primeras etapas del embarazo.
“Pero los estudios son heterogéneos”, dijo. No vamos a decir, ‘ups, hace calor, tu bebé va a tener una malformación’. No debes llegar con un mensaje de alarma. Es un estudio entre otros, incluso si está publicado en una revista (médica) muy importante”.
Sin embargo, no es sorprendente que Nature Medicine decidiera publicar este estudio, opina el Dr. Audibert, que considera que se trata de una decisión al menos parcialmente “política” en un momento en el que el calentamiento global está en boca de todos.
“Es evidente que existe una relación con el calentamiento global”, concluyó el Dr. Audibert. “Es una piedra más en la larga lista de impactos potencialmente negativos del calentamiento global en nuestra salud, eso es indiscutible”.