En un contexto global marcado por crisis sistémicas y una creciente inestabilidad económica, Senegal se enfrenta a la urgente necesidad de redefinir sus mecanismos de financiación del desarrollo.
El objetivo de construir un Senegal soberano, justo y equitativo, tal como se define en el marco del Proyecto Senegal 2050, requiere enfoques innovadores, anclados en la movilización de recursos nacionales y la reducción de la dependencia de los mercados financieros internacionales. Desde esta perspectiva, los bonos de la diáspora parecen ser una solución más sostenible y estratégicamente ventajosa que los eurobonos.
A diferencia de los eurobonos, que exponen a las economías emergentes a riesgos cambiarios, fluctuaciones en las tasas de interés internacionales y presiones especulativas, los bonos de la diáspora dependen de un capital social y emocional único. Al movilizar el vínculo patriótico de los senegaleses que viven en el extranjero, estos instrumentos de financiación permiten recaudar fondos en condiciones más favorables, al tiempo que refuerzan el compromiso directo de la diáspora en el desarrollo nacional. Los bonos de la diáspora reducen la vulnerabilidad financiera vinculada a las fluctuaciones monetarias, ya que pueden estar denominados en moneda local o en monedas fuertes en poder de la diáspora. También ofrecen una rentabilidad competitiva, pero potencialmente inferior a la exigida por los inversores institucionales internacionales, lo que reduce la carga de la deuda pública.
La diáspora senegalesa, con más de tres millones de miembros en todo el mundo, constituye una palanca estratégica para financiar el desarrollo. Sus transferencias anuales que superan los 2.000 millones de dólares demuestran su capacidad financiera y su compromiso con la nación. Sin embargo, estos flujos financieros se dirigen principalmente al gasto de los consumidores o a proyectos inmobiliarios individuales, lo que limita su impacto en infraestructuras y sectores estratégicos.
Al diseñar bonos de la diáspora específicos, Senegal puede dirigir estos fondos hacia proyectos prioritarios como infraestructura, energía verde, educación y salud, en consonancia con las ambiciones del Proyecto Senegal 2050.
Para maximizar el potencial de los vínculos de la diáspora, es necesario activar varias palancas. En primer lugar, es fundamental establecer un clima de confianza garantizando una gestión transparente de los fondos recaudados. La creación de un fondo soberano específico, con una gobernanza ejemplar y una comunicación regular sobre los logros, sería una garantía de credibilidad.
Entonces, incentivos fiscales atractivos, como exenciones fiscales sobre los intereses generados por estos bonos, podrían aumentar su atractivo. Además, una campaña de sensibilización específica, apoyada por embajadas y consulados, así como por plataformas digitales innovadoras, permitiría informar mejor a la diáspora sobre las oportunidades de inversión y movilizarla en torno a cuestiones nacionales. En este sentido, un programa especial de “Embajadores de la Diáspora”, como teoriza en mi trabajo titulado “Diplomacia económica: las claves de la prosperidad para Senegal”, sería relevante para un mejor intercambio dentro de la diáspora en todo el mundo.
Por último, la integración de mecanismos participativos, como la posibilidad de que los miembros de la diáspora influyan en la elección de los proyectos financiados, fortalecería su sentido de pertenencia y su compromiso. Senegal también podría inspirarse en los éxitos de países como India, que ha recaudado miles de millones de dólares gracias a los bonos de la diáspora para financiar infraestructuras críticas, o Israel, que ha utilizado esta herramienta para movilizar recursos de su diáspora con notable consistencia durante varias décadas.
En última instancia, los bonos de la diáspora ofrecen una alternativa soberana y resiliente a los eurobonos. Encarnan un modelo de solidaridad y financiación participativa, en consonancia con las aspiraciones de Senegal de ascender al rango de naciones emergentes sin dejar de ser dueño de su destino económico. En un momento en que el mundo atraviesa crisis complejas e interdependientes, este enfoque representa un camino estratégico para construir un Senegal próspero, justo y equitativo, apoyado por sus ciudadanos dondequiera que estén.
Babacar Sané BA
Presidente de Alternativas Ciudadanas
Coalición MIMI 2024