Es el héroe de “En fanfare” junto a Benjamin Lavernhe. ¡La sorpresa más bonita del cine francés de fin de año!
No esconde su rostro: “Si la profesión ha entendido que puedo encarnar otra cosa, en la calle siempre me devuelven al “Tuche”. Y eso no va a cambiar. » A pesar del éxito de la saga cómica, resumir a Pierre Lottin como Wilfried, el hijo del rapero, voz nasal, gorro atornillado en la cabeza y fraseo abstruso, sería un gran error. Desde las películas de Ozon hasta “La nuit du 12”, de Dominik Moll, o incluso “Vivants”, de Alix Delaporte, muestra su físico de deportista dominado por un rostro reconocible pero misterioso. Su dulce encarnación del hijo perdido de Ozon en “Cuando llega el otoño” le valió el Premio de Interpretación del Festival de San Sebastián. Qué increíblemente comedido se muestra en su papel de trombón en busca del amor fraternal en “En fanfare”. Desde su presentación en Cannes, la película ha obtenido premios del público en todos los festivales en los que se proyecta.
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Un éxito que impone a su director, Emmanuel Courcol, como una bella mezcla de Sautet y Dabadie, con un toque de Ken Loach o “Full Monty”. Sólo eso. “Emmanuel tiene un bolígrafo”, confirma Lottin. Podría acompañar a una orquesta de ópera con una trompeta. Aporta color a la oscuridad y se atreve a hablar de temas serios cuando no se lo piden. La película fue escrita originalmente más como una comedia. Pero, durante el rodaje, nos empujó a explorar la ternura y la melancolía. El retrato de estos dos hermanos que se descubrieron tarde en la vida fue también la historia de un encuentro con Benjamin Lavernhe. Todo lo que aparece en pantalla resume lo que vivimos durante el rodaje. »
Cuatro películas, una serie, una boda… 2024 ha sido un año intenso
Cuatro películas, una serie, son suficientes para completar un año 2024 intenso, realzado por una boda este verano, publicado en las redes sociales. Le gusta trabajar con Michaël Youn como con Anne Fontaine o Jean-Jacques Annaud: “Creo que tengo mi propio universo y soy feliz cuando puedo compararlo con otro. » Pierre Lottin considera que su trabajo resalta las zonas grises y le gusta jugar con su cuerpo o su voz. “Después tendremos que poner todo eso en perspectiva. No cambiamos el mundo…” Ha hecho de soldados en “Qu’un sang impur…”, de Abdel Raouf Dafri, o en “Les harkis”, de Philippe Faucon, él que, siendo adolescente, quería Únete a los boinas verdes. Se lanza al deporte, sueña con películas de acción, inventa un personaje, Steve Nanger. Pero la voz de la sabiduría vendrá de su padre, quien un día le dijo: “No sabes qué hacer, vas a convertirlo en tu trabajo. »
Unas prácticas en Cours Florent llegan en el momento adecuado. Mirando hacia atrás, confirma: “Estoy hecho para eso, soy fundamentalmente actor. » Cita desordenadamente a Gary Oldman, Richard Dreyfuss y Albert Dupontel, “aquellos que pueden ser inteligentes sin dejar de ser ambiguos”. Le encantan las atmósferas locas de Yorgos Lanthimos o Todd Haynes, “su manera de contar lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño, haciendo explotar tabúes”. La que veremos en febrero en una quinta “Tuche” considera que el cine francés es demasiado sabio, demasiado egocéntrico. “A veces nos falta universo, nuestro cine ha perdido de vista la Francia actual. »
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